Según defendió, el límite infranqueable de cualquier modificación debe ser la Constitución
La solidaridad debe liderar las reformas estatutarias, según Fernández Santiago
El presidente del Parlamento criticó el nuevo modelo financiero propuesto por Cataluña
El presidente de las Cortes, José Manuel Fernández Santiago, considera que el éxito del proceso abierto para reformar los Estatutos de Autonomía está en que se respete el principio de solidaridad, para lograr que todos los ciudadanos gocen del mismo nivel de servicios, y en alcanzar el consenso entre los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE. Fernández Santiago, quien pronunció una conferencia en el colegio Miguel Antonio Caro de Madrid, sostuvo que el modelo territorial emanado de la Constitución de 1978 «está seriamente comprometido» por la posiciones nacionalistas y, en parte, por «los errores de planteamiento» del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al abrir «a destiempo» este debate, según informó Ical. El presidente del Parlamento autonómico, que pidió a los partidos políticos y a sus líderes estar a la altura del pueblo, insistió en que la modificación de las normas básicas de las autonomías requiere fijar como límite la barrera «infranqueable» de la Constitución, además de contar con el consenso en las comunidades autonomías y entre el Gobierno y la oposición. En todo caso, dijo que no considera imprescindible una reforma, pero matizó que sería ilógico quedarse al margen de un proceso de estas características. En su alocución, el presidente del Legislativo realizó una amplia defensa de los resultados conseguidos con la Constitución de 1978: «Lo que empezó siendo un viaje improvisado ha ganado sus cartas definitivas de nobleza en el campo de la realidad social». Asimismo, afirmó que las comunidad se ha configurado como entes territoriales con un autogobierno afianzado, el Estado es uno de los más descentralizados del mundo y se ha configurado un modelo que funciona correctamente con la garantía del Tribunal Constitucional. Defensa de la Constitución No obstante, advirtió de que la propia Constitución cuenta con instrumentos que garantizan su vigencia propios del Estado de Derecho y que «llegado el caso, habrán de utilizarse, sin que en ello pueda verse otra cosa que la propia aplicación del texto constitucional». «España y su democracia tienen salud suficiente para ganar este desafío y salir muy fortalecida», declaró. En su defensa de la Constitución, resaltó que solucionó grandes conflictos políticos como las relaciones entre el Rey y el Parlamento, entre la Iglesia y el Estado, entre las autoridades civiles y el aparato militar, entre el centro y la periferia. Según José Manuel Fernández Santiago, fue la consagración de un modelo abierto y flexible, «un sistema que ha sido aceptado con ilusión y confianza por los ciudadanos».