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Los sindicatos agrarios culpan a la especulación de los intermediarios de la subida de precios de la patata

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ical | valladolid

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La crisis del cultivo de la patata ha regresado a escena, como ha venido ocurriendo con carácter cíclico en los últimos años, por el desplome de los precios en el mercado. Las organizaciones agrarias de la comunidad tienen claro cuál es el origen de todos los males, que sitúan en los abusivos márgenes de beneficios de los intermediarios, -«especuladores», les llaman- y, más concretamente, de las grandes distribuidoras. En este sentido y para evitar las graves pérdidas registradas en otras campañas, los productores de la comunidad, a instancia de Coag y Asaja, paralizarán a partir de hoy el arranque del tubérculo para tratar de que los precios remonten en el mercado. Y es que en la actualidad, los agricultores están percibiendo por cada kilo de patata una media de siete céntimos, cuando los costes de producción se sitúan en torno a los 15. En este contexto y según datos de Coag, durante esta campaña no tiene sentido la espectacular caída de precios, ya que ha bajado la siembra del tubérculo en la comunidad. Así, frente a las 25.300 hectáreas que se han sembrado de media cada año desde 1997, este ejercicio la cifra se sitúa en las 22.200, la más baja del periodo. Fuerte bajada de la producción Teniendo en cuenta que la producción media es de 36 toneladas por hectárea, este año se generarán en la comunidad unas 800.000, cantidad muy por debajo de las cerca de 914.000 producidas de media en los últimos ejercicios. En Castilla y León operan en la actualidad alrededor de 6.300 productores, con una media de cuatro hectáreas cultivadas cada uno. El coste de producción de un kilo de patata clase A, es de quince céntimos, y de la B, de 12. Frente a esto, los distribuidores están pagando al cultivador 10 y 7 céntimos, respectivamente, mientras que al consumidor le cobran entre 50 y 60 céntimos. Reivindicaciones Las reivindicaciones del sector pasan por la instauración de un contrato tipo homologado de patata, así como por la intervención de las administraciones para controlar el proceso de distribución y composición del precio final del tubérculo. Asimismo, demandan que se cree un observatorio de precios con capacidad de tomar decisiones, y la puesta en marcha de campañas para informar al consumidor sobre las características y la calidad de las patatas.