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Julián y Rodi, primera pareja que se casa en la comunidad, sellan su unión en Alba de Tormes

Veinte años para un «sí quiero»

«Es el triunfo de la felicidad, frente a los que se oponen a la Ley», manifestó el alcalde que los casó

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ical | salamanca

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Julián y Rodi sellaron ayer sus 20 años de unión en el Ayuntamiento de Alba de Tormes (Salamanca) y se convirtieron en el primer matrimonio entre homosexuales de Castilla y León. Esta pareja se dio el «sí quiero» con el apoyo de más de un centenar de albenses, que esperó pacientemente durante toda la ceremonia en la plaza del pueblo. El alcalde de la localidad, José Yáñez, unió en matrimonio a los dos novios, bajo palabras de deseo de felicidad y con la alegría de proclamar «el triunfo de la libertad, frente a los que se oponen a la ley». Sin agresión al matrimonio Además, defendió la feliz unión argumentando «no cometer ninguna agresión al matrimonio», ya que, según afirmó el primer edil, se abre un nuevo cauce, con el que se ahorra sufrimiento «inútil». Casi puntual, llegó primero Julián Díaz, el novio natural de la villa. En las puertas del Ayuntamiento esperó a su pareja hasta que diez minutos después apareció. Juntos subieron las escaleras del consistorio escoltados por 14 padrinos y madrinas, de negro ellos y blanco ellas, con una rosa blanca cada uno. El tenor mallorquín, Jaume Roca interpretó una canción mientras ascendían al salón de plenos. Lágrimas de felicidad Durante la ceremonia, Julián no pudo contener las lágrimas, ni tampoco algunos de sus familiares, como por ejemplo su madre. Tras la boda y dejando atrás los nervios, aseguraron que fue todo lo que esperaban, en cuanto al apoyo de los albenses y la ceremonia en sí. Rodi destacó la libertad que ahora y con la nueva ley han adquirido, ya que afirmó haberse sentido discriminado. Criticó que antes no podían elegir y, en tono de broma, aseguró que mientras, sí pagaban impuestos como el resto del mundo. Por este motivo, arguyó, no tiene sentido que «para unas cosas seamos iguales y para otras no» y además, bromeó, si no hubiera pagado impuestos pues le daría lo mismo. Por su parte, Julián destacó que lo que esperan es que las siguientes bodas ya no tengan trascendencia, porque estas uniones se vean normales en la sociedad. Julián protagonizó la anécdota de la jornada, al tener que cambiar en el último minuto su traje de boda, ya que su hermana derramó el café sobre él. El novio tuvo que recurrir al traje que llevó en la boda anterior, hace seis años en Calviá, Palma de Mallorca. En cuanto al viaje de novios, la pareja mostró sus diferencias, aún sin conciliar, ya que uno de los dos quiere viajar a China, mientras que el otro, a la India.