En la comunidad predominan las microempresas y la concentración en el sector inmobiliario
Un estudio alerta de la repercusión de la marcha de nuevos talentos
El índice de actividad emprendedora es del 4,55% frente al 5,15% nacional y el 4,8% europeo
La actividad emprendedora de Castilla y León crecerá de forma discreta en los próximos tres años, en parte por la falta de canalización de los nuevos talentos y porque no se está primando esta función. Al contrario de lo que ocurre en economías avanzadas, los potenciales nuevos empresarios siguen prefiriendo trabajar por cuenta ajena o bien preparar unas oposiciones. Éstas son las principales conclusiones del estudio Dinámica empresarial y capacidad para emprender en Castilla y León , el primero que aborda la situación autonómica en este aspecto y que ha sido elaborado por la empresa Analistas Financieros Internacionales para ForoBurgos. El estudio recomienda a las administraciones «liberar» trámites, reforzar los currículos formativos y aumentar la competitividad, además de facilitar suelo y fomentar la internacionalización. Según este documento, el índice de actividad emprendedora de la comunidad es del 4,55%, frente a la media nacional del 5,15% y la europea del 4,8. El director del estudio y consejero delegado de la entidad, Emilio Ontiveros, explicó que en los últimos años una parte muy amplia de la natalidad empresarial se dirigió hacia el autoempleo y hacia una «excesiva concentración de empresas de promoción inmobiliaria, en detrimento de otros ámbitos». Además, por volumen de asalariados y en comparación con la UE, en la comunidad hoy predominan las microempresas, en especial las de entre uno y dos trabajadores (el 28,4%) y las unipersonales (52,2%), experiencia muy similar a la del conjunto de España pero con un peso inferior de entidades con una cifra superior de ocupados. Junto a la construcción, la comunidad se encuentra también especializada en otros sectores como el comercio, con un 34,9% del peso total (en España es del 36,8%), lo que provoca una infraespecialización de la industria y resto de servicios, a la vez que se apoya en «sectores vulnerables» en el «contexto de la competencia internacional». Por necesidad A ello se une, según el responsable del estudio, la actividad emprendedora se nutre, en mayor medida que el promedio español, de empresas creadas por la necesidad, por falta de alternativas mejores, más que por oportunidad, con un porcentaje del 0,7%, frente al 0,6% del conjunto de España. En este sentido, Ontiveros destacó que, precisamente y a falta de estudios más concretos, esta tendencia se observa en el conjunto de la población femenina, que en la región -con un 0,49% de mujeres emprendedoras por cada hombre- es la más elevada del país, después de Cataluña.