Que no toque la lotería
Los habitantes de Doney de la Requejada, en Zamora, donde hace unos días robaron los décimos que respaldan las miles de participaciones vendidas, esperan no tener suerte este año
Cuando quedan escasas horas para que comience el sorteo extraordinario de Lotería de Navidad más esperado del año, los habitantes de Doney de la Requejada (Zamora) apelaban ayer a la mala suerte y a su virgen de las Angustias para que ni el 45.292 ni el 63.914 salgan premiados, ya que la posibilidad de que cayese una lluvia de 50.000 millones de pesetas, que suenan todavía peor que su equivalente en euros, queda anulada por el reciente robo de los cerca de 2.000 décimos, repartidos por toda España en forma de 13.000 participaciones. En el pequeño municipio a caballo entre Sanabria y La Carballeda, situado 118 kilómetros al noroeste de Zamora, no se habla de otra cosa. Como cada fiesta navideña, desde hace 22 años, todos sus vecinos colaboraron activamente en la venta de miles de participaciones de los mismos números mencionados a las que se les añadió un pequeño recargo destinado a costear las fiestas del pueblo. «Así es como nos pagamos nuestra fiesta, que se celebra el segundo domingo de agosto. Todas las familias se quedan un talonario, como mínimo, y lo van vendiendo donde pueden para reunir el dinero que se va emplear en las fiestas», explica Aurelio Monterrubio, presidente de la asociación vecinal de Doney de la Requejada. Hasta la fecha, ha sido una forma verdaderamente eficaz de recaudar una cantidad que ronda los 6.000 euros y que era suficiente para que los habitantes del pueblo disfrutasen su gran día. «Nos quedamos de piedra. No sabíamos ni qué decir». Y es que este año, dos días antes del sorteo de Navidad, los casi 2.000 décimos de lotería que respaldan y justifican la venta de las participaciones fueron robados de la sucursal madrileña del BBVA donde habían sido depositados.