| Reportaje | Turismo taurino |
De Safari por tierras de Castilla
Varios ganaderos de toros de lidia abren las puertas de sus fincas a diferentes grupos de turistas a lo largo del año
Los propietarios de ganaderías de toros bravos han encontrado un nuevo filón con la oferta de visitas programadas por sus fincas que incluyen safaris fotográficos, una actividad que despierta el interés de turistas nacionales y procedentes de Francia, Alemania y Estados Unidos, principalmente. De esta opinión es el presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, Eduardo Miura, quien explicó a Efe que se trata de una actividad positiva para el gremio ya que «supone dar a conocer la evolución del toro antes de llegar a la plaza y nuevos ingresos para el ganadero», al margen de los beneficios propios de la lidia. Miura hizo hincapié en la necesidad de dar a conocer una tradición de la tauromaquia y además reivindicó mayores ayudas económicas para los ganaderos, «ya que mantener al toro de lidia supone un gasto económico importante». El propietario del cortijo Tabera de Arriba en la provincia de Salamanca, Ramón Flores, señaló a Efe que comenzó a ofrecer visitas a su finca en el 2001 y que la demanda se produce durante todo el año, aunque «suele incrementarse en otoño y primavera». «Sobre todo acogemos a grupos concertados con agencias de viajes y hemos llegado a tener visitas de hasta quinientas personas en una jornada», comentó Flores. En algunos casos el safari se realiza en el todoterreno del propietario de la finca y en otros desde el propio vehículo o autobús de los visitantes. El recorrido, con una duración de dos horas, comienza en el establo en el que las vacas amamantan a los terneros, a continuación se muestran los novillos, las yeguas y los toros de hasta 4 años que son los que posteriormente lidiarán en las plaza de toros de España y el sur de Francia. La visita a la finca puede terminar con un tentadero, en el que novilleros o matadores muestran a los curiosos los detalles del toreo, aunque alguna de las ganaderías también oferta como punto y final del recorrido un vino español, espectáculos de flamenco y paseos en tartana, entre otros.