La Universidad de Salamanca señala como principal causa la despoblación en las zonas rurales
La superficie de bosque ha crecido un 58% en los últimos treinta años
La comunidad ha experimentado el mayor incremento de superficie forestal de España
La despoblación de las zonas rurales y el abandono de sus actividades económicas características están cambiando la geografía de Castilla y León. En los últimos 30 años, la superficie de bosque ha crecido un 58%, lo que supone que la comunidad autónoma cuenta actualmente con un 30% de superficie de bosque y que los castellanos y leoneses disponen del 15% del total de la masa forestal española. Éstas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado el grupo de trabajo coordinado por el profesor titular de Geografía Física de la Universidad de Salamanca José Martínez Fernández, cuya investigación se centra en comprobar la influencia que tienen los cambios de los usos del suelo en los recursos hídricos. El crecimiento en la superficie de bosque es una tendencia que se está siguiendo en toda España, aunque en Castilla y León se refleja «más intensamente» no sólo porque en ella «ya había bosque en abundancia» sino, sobre todo, porque es un territorio donde el proceso de abandono de las zonas rurales «es más intenso que en otras regiones». Martínez Fernández sostiene que, «sin duda», las cifras arrojadas por los inventarios forestales nacionales -realizados en los años 70 y 80 y el último en actual elaboración- sitúan a Castilla y León a la cabeza entre las comunidades de España en las que más ha aumentado la superficie de bosque de los últimos años. Para el profesor, este incremento «tan importante» guarda una relación directa con la despoblación, algo que está provocando que «en zonas extensas de todo el país, sobre todo en las áreas de montaña y de media montaña, el bosque se esté regenerando muy rápidamente lo que plantea modificaciones en la dinámica natural de los paisajes y de algunos recursos naturales», como el agua. Aspectos positivos Martínez Fernández insiste en que el incremento de la masa forestal es un factor «muy positivo» no sólo porque«es siempre una fuente de recursos, sino también porque «frena la erosión y la degradación de los suelos, es en sí mismo un elemento que hay que destacar desde el punto de vista del cambio climático, ya que absorbe carbono atmosférico y reduce la cantidad de CO2 que se emite con las actividades humanas a la atmósfera». Pese a su incidencia en la gestión de los recursos hídricos, el profesor afirma que el incremento del bosque «siempre será positivo» aunque quedará reflejado en cuestiones como que entre un 15 y un 30% del agua de lluvia no llegue al suelo, sino que será retenida por la vegetación y devuelta a la atmósfera.