«Corran, corran, esto puede explotar»

Uno de los pasajeros que ayer viajaban en el vuelo IB-8665 y que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Barcelona explicó que la tripulación les mandó salir corriendo porque la nave podía explotar. «Corran, corran, corran», asegura Javier que les decían las azafatas de viva voz presas del nerviosismo. Según su relato, justo cuando iban a tomar tierra sufrieron un fuerte impacto, mayor de lo habitual, y durante unos 800 metros el avión se desplazó «como si estuviera atravesando baches», en unos momentos de gran desconcierto. De repente, se produjo una maniobra muy brusca y frenó en seco de manera «escandalosa». «Me tuve que agarrar al asiento de delante», precisó. A partir de ese momento, todo sucedió muy deprisa hasta que desalojaron el avión, aunque la alarma se disparó al bajar. «Nos empezamos a preocupar cuando salimos y vimos el humo que salía del avión», agrega Javier.