Los bosques y montes de la comunidad albergan más de 297 millones de Tm de biomasa forestal
El sector forestal exige el mismo trato a la biomasa del monte que a la agraria
La eterna rivalidad entre el sector forestal y el agrario vive estos días un nuevo capítulo a raíz del Real Decreto sobre producción de electricidad a partir de fuentes renovables que prepara el Gobierno central. Y es que los propietarios forestales no entienden por qué se pretende primar más a la biomasa que procede de cultivos agrícolas que a la que generan los propios montes, sobre todo teniendo en cuenta que su recogida, ya sea para fines energéticos o no, conlleva una ventaja añadida, como es el hecho de prevenir los cada vez más numerosos incendios forestales. Así, la Federación de Asociaciones de Propietarios Forestales de Castilla y León (Fafcyle), que el pasado miércoles mantuvo una reunión con representantes de la industria maderera para abordar esta cuestión, considera necesaria la modificación del Real Decreto que regula la producción de electricidad a partir de fuentes energéticas renovables puesto que el actual borrador, que establece casi el doble de prima para los cultivos agroenergéticos que para la biomasa forestal (9,6 céntimos de euro por kw hora frente a 5,4), «no conseguirá movilizar esta biomasa para producir energía», sino que, por el contrario, «provocará que más de la mitad de la biomasa que crece en nuestros montes siga quedándose en ellos, y continúe siendo la principal causa de que los incendios adquieran magnitudes catastróficas». Por ello, los propietarios reclaman que al menos se prime igual a la biomasa procedente del monte que a los llamados cultivos energéticos, ya que actualmente la biomasa no tiene valor comercia. «Si se consigue que se aplique la misma prima que para cultivos se pondría en valor motivando la limpieza de los montes y la creación de empleo, industria, desarrollo rural, evitaría incendios¿», afirman desde la Federación. Enorme potencial Los últimos cálculos oficiales estiman que los montes de Castilla y León albergan más de 297 millones de Tm de biomasa forestal, con un crecimiento de 12,9 millones de Tm anuales de las cuales la industria maderera aprovecha menos de la mitad.