| Crónica | El «Rocío de Castilla y León» |
Romería, pese a todo
Los habitantes de Lanzahíta acudieron ayer a la romería del Cristo de la Luz, aunque la asistencia de público se vio menguada debido a la convocatoria electoral
La jornada electoral redujo ayer «a la mitad» la participación en la romería del Cristo de la Luz, más conocida como el «Rocío de Castilla y León», en relación con otros años, explicó el alcalde de Lanzahíta (Ávila), Moisés Sánchez Vetas. De esta manera, las 6.000 personas que suelen acudir desde todos los puntos del sur de la provincia abulense y de las comunidades limítrofes otros años, quedaron reducidas esta mañana a 3.500. Esta tradición, declarada en 2001 por la Junta Fiesta de Interés Turístico Regional, contó, sin embargo, con más participación de caballos, cerca de 500, y de carruajes, en torno a medio centenar, que otros años. La romería, que discurre entre Lanzahíta (1.000 habitantes) y la pedanía de Hontanares (50 habitantes), tiene lugar en el sur de Ávila, en el límite con Toledo. El desarrollo de las elecciones municipales y autonómicas condicionó la asistencia de público, según reconoció Sánchez Vetas, quien lamentó no haber podido contar con la presencia de fuerzas del orden, que tuvieron que velar por el normal discurrir de esta jornada electoral en la zona. Por ello, se vio obligado a contratar a «siete personas de una empresa de seguridad», que se unieron al personal municipal del Ayuntamiento, para evitar incidentes. Fecha inamovible El alcalde de Lanzahíta recordó que su consistorio propuso el adelanto de la romería al sábado, pero la celebración el sábado de una boda en Hontanares, hizo que los habitantes de este barrio de Arenas de San Pedro se opusieran a la modificación de fechas. El popular Moisés Sánchez Vetas no ejercerá su derecho al voto en Lanzahíta hasta la 17.00 horas, al igual que harán «muchos de los asistentes» a esta romería que por la mañana discurrió «con normalidad» y «buen tiempo». Un año más, en torno a las 11.00 de la mañana, los jinetes cumplieron con la tradición en entrar en la pequeña población de Hontanares a galope tendido subidos en sus monturas -caballos, yeguas y burros-, después de atravesar el río Tiétar en romería, para acompañar al cirio tradicional, de 80 kilos. El trayecto lo realizaron desde la cercana localidad de Lanzahíta, lugar en el que comenzó la romería a primera hora de la mañana y donde terminará a última de la tarde. En medio de una nube de polvo llegaron los jinetes y las carretas, tras custodiar el cirio tradicional, que poco después fue entregado al Cristo de la Luz por las mayordomas en la ermita que desde hace más de cuatro siglos acoge la talla. Según la leyenda, el templo fue edificado en esta población después de que un pastor de Hontanares descubriera la imagen hace más de 400 años a orillas del Tiétar y fuera trasladada a Lanzahíta, de donde desapareció misteriosamente, para volver a ser encontrada en el mismo punto en el que fue hallada por primera vez. Desde entonces, los vecinos de la zona interpretaron lo ocurrido como un mensaje divino, a través del cual el Cristo de la Luz elegía ser custodiado en el lugar en el que había sido encontrado, de ahí que cada año la romería discurra entre Lanzahíta y la pedanía arenense, distantes entre sí siete kilómetros.