Diario de León

| Reportaje | Aquel caluroso día de agosto |

El tren que nunca llegó a su destino

El martes se cumple un año del accidente de tren de Villada en el que murieron siete personas y más de 70 resultaron heridas

Un tren circulaba ayer por el lugar en el que se produjo el accidente

Un tren circulaba ayer por el lugar en el que se produjo el accidente

Publicado por
Leonor Ramos - palencia
León

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«Nada más ocurrir, el conductor estaba tranquilo, tan sólo preguntaba cuántos heridos había, pero al ver la magnitud del suceso sólo repetía una y otra vez su deseo de suicidarse». Con estas palabras recuerda un trabajador de Facundo el momento en el que se acercó al lugar siniestrado y ver al conductor del convoy entre hierros, «al principio sereno, sin ser consciente de las muertes de seis pasajeros». El próximo martes, 21 de agosto, se cumplirá un año del accidente del tren Intercity 280 que cubría la línea La Coruña-Vigo con destino a Hendaya-Bilbao y que tuvo lugar en Villada (Palencia). En él murieron siete pasajeros y más de 70 heridos. Los recuerdos no se olvidan, y las lágrimas caen todavía al recordar las dantescas escenas, pero en la localidad palentina todo ha vuelto a la normalidad. La actualidad se centra ahora en el Juzgado número 3 de la capital, encargado del caso, que hasta el momento no ha dictado sentencia, y donde el único imputado es el maquinista del convoy. En los tribunales La versión ofrecida el pasado mes de noviembre en el juzgado por parte del maquinista del convoy siniestrado puso de manifiesto que mantuvo en todo momento la hoja de ruta y actuó conforme al programa de señalizaciones ferroviarias. El conductor aseguró que la causa del accidente estaría en un posible error en la constatación del sistema informático del estado de señal de avanzada. Además, el maquinista ratificó ante el juez que se rigió por las señales semafóricas junto a la estación e insistió en que la señal era de luz verde, por lo que mantuvo la velocidad, que según el informe de la Guardia Civil y el Ministerio de Fomento era de 130 kilómetros por hora, aunque la velocidad prescrita para circular por una vía desviada es de 30 kilómetros por hora. El día del siniestro, el maquinista, de 49 años, prestó declaración ante la Policía Judicial de la Guardia Civil de León, ciudad en la que reside. Sus manifestaciones fueron contrarias a la investigación policial, que determinó que el conductor apretó el botón que indica el reconocimiento del aviso -al ver un semáforo con luz amarilla y verde- de que debía realizar un cambio de agujas.

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