La reforma definitiva del nuevo texto vio la luz con el apoyo del 99,2% de los senadores
La tercera reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León culminó el pasado miércoles su tramitación en las Cortes Generales con un respaldo masivo del pleno del Senado. El texto concitó el apoyo del 99,2 por ciento de la Cámara, con 250 votos a favor, sólo dos abstenciones, de Izquierda Unida, y ningún voto en contra. La mayoría del Senado rechazó también las 84 enmiendas que llegaron vivas al debate final, en su mayor parte de Izquierda Unida. La votación fue el final de un amplio debate que se prolongó durante más de tres horas y media y en el que intervinieron numerosos representantes de los grupos parlamentarios, además del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, del ex presidente Juan José Lucas y del senador burgalés Juan José Laborda, que aprovechó la relevancia del debate para anunciar su abandono de la política, momento en el que recibió una ovación de la cámara. El senador del Grupo Popular Antolín Sanz aseguró que Castilla y León tendrá un nuevo Estatuto de Autonomía con más competencias y más recursos para su aplicación desde el respeto a la igualdad entre los españoles y subrayó que se ha elaborado para «la sociedad» porque es «la reforma querida y deseada por castellanos y leoneses y por los españoles para Castilla y León». Sanz, senador por Ávila, destacó que la tercera reforma nace desde el espíritu del acuerdo y garantiza la solidaridad y la cohesión, mientras que mejora las instituciones y el autogobierno. Se ha buscado el acuerdo desde el interés general porque «se ha buscado lo que nos une y no lo que nos separa», aseveró. El senador del PSOE Tomás Rodríguez Bolaños destacó que la nueva ley orgánica «obligará a quienes gobiernan la Comunidad a olvidar el discurso victimista, achacando a otros las carencias». A partir de su entrada en vigor, añadió, la Junta de Castilla y León «no podrá imputar a otros los fallos de gestión en competencias que le son propias». En su opinión, la reforma, la tercera que experimenta el Estatuto castellano y leonés, «no va a resolver por sí sola los problemas de los castellanos y leoneses», pero «la Junta debe comenzar a usar los nuevos mecanismos» que introduce el texto para garantizar un desarrollo equilibrado de la Comunidad. Discrepancias También, votaron a favor los grupos parlamentarios de CiU, Entesa Catalana de Progrés, PNV, Coalición Canaria y BNG, si bien algunos de sus portavoces mantuvieron discrepancias con algunos de los artículos del texto. El senador del BNG Francisco Jorquera denunció la «evidente desproporción» entre la protección que imparte el texto al castellano e incluso al leonés y advirtió también que es «una mala política que algún grupo», en referencia al PP, «utilice este Estatuto para descalificar otras propuestas estatutarias y poner a ésta como modelo a todas las comunidades». Por su parte, el senador de Entesa Carles Josep Bonet i Reves (ERC) pidió al partido Popular que «reflexione y retire» el recurso de inconstitucionalidad que mantiene contra el Estatuto catalán porque la propuesta de Castilla y León cae en los mismos «pecados». En la misma línea, Jordi Casas, portavoz de CiU, destacó que muchos de los artículos que fueron controvertidos cuando se aprobó el Estatuto catalán aparecen recogidos en el de Castilla y León con toda normalidad.