Todo el pescado vendido
Ni desde el escaño ni desde el atril logró la UPL colar ni una sola de sus enmiendas
Que el pleno en el que se aprueban los presupuestos autonómicos es uno de los debates más tediosos que se celebran en las Cortes, -y probablemente el que menos margen de maniobra deja a la oposición al estar ya todo el pescado vendido-, lo saben en Europa, aunque también lo acaba de aprender el procurador de la UPL, Héctor Castresana, para el que ayer fue «su primera vez», presupuestariamente hablando, claro está. Y también aprendió algunas cosas más... Por ejemplo, que teniendo en cuenta lo que a su grupo le cuesta colar una enmienda, mejor sería que aprovechara el pleno para escribir las felicitaciones de Navidad que se suelen envíar por estas fechas, cosa que ayer no dudaron en hacer las procuradoras socialistas por León, Inmaculada Larrauri, Victorina Alonso y Ángela Marqués, con el propio Villalba a la cabeza. Mal está que los periodistas veamos desde arriba todo lo que sus señorías hacen, o no hacen, en sus escaños, -no nos queda otra tal y como nos han ubicado en el hemiciclo-, y cierto es que el pleno era bastante soporífero pero, por favor, córtense un poco. Aunque claro, mejor estar en el pleno rellenado tarjetones de Navidad que hacer «pellas» como las que ayer hicieron muchos de los procuradores populares durante la mayor parte del debate. Claro que como ya tenían todo el pescado vendido... Volviendo a Castresana, ayer también aprendió que hablar desde el propio escaño impone menos que bajar al atril, según él mismo reconocía micrófono en mano, así como que normalmente a la UPL sólo le aplaude la UPL, lo cual no es poco teniendo en cuenta lo vivido en la última legislatura. Lección de globalización El que también recibió ayer una pequeña lección, en este caso sobre globalización, fue Otero, -que por cierto será padre antes del verano-, a quien la procuradora popular María del Carmen Fernández le recriminó que «su concepto del mundo se resuma en que todo tiene que ubicarse en León». Menos mal que otra popular, Arenales Serrano, tuvo el detalle de enumerar, uno por uno, «los riquísimos» productos agroalimentarios de León, aunque no se sabe muy bien por qué. Será que es de buen comer.