La Federación Estatal analiza ya los aspectos jurídicos para poder demandar a la empresa
UGT estudia denunciar a Renault ante Europa por «incumplir el convenio»
El sindicato recurrirá el expediente de regulación de empleo autorizado por el Gobierno
ical | valladolid
UGT estudia denunciar ante los tribunales europeos el incumplimiento por parte de Renault del convenio colectivo suscrito con los sindicatos, y recurrirá el Expediente de Regulación de Empleo suspensivo autorizado por el Ministerio de Trabajo apoyado en el informe positivo de la Junta, para lo que disponen de un mes de plazo. Así, lo expuso el coordinador de las secciones sindicales de UGT en Renault España, Pedro González, quien mostró su repulsa por el «poco tacto» que han tenido las administraciones con los trabajadores y calificó de «indecentes» e «indecorosas» las formas del Ministerio para dar a conocer la decisión, ya que -”según precisó-” se han enterado de la aprobación del ERE por la prensa.
En concreto, explicó que la Federación Estatal analiza los aspectos jurídicos para poder demandar a la dirección de la empresa ante los órganos judiciales de la UE, por el incumplimiento del convenio, al considerar que la consideración de Valladolid como factoría prioritaria para la adjudicación de un vehículo excede las fronteras españolas. Agregó que también estudian acudir a la vía judicial si no se cumple el contrato de relevo.
En cuanto al recurso contra el ERE, alegó que utilizarán los argumentos esgrimidos en el informe que se presentó ante la Junta. Además, se mostró convencido de que el vicepresidente segundo y consejero de Economía del Gobierno, Tomás Villanueva, no se ha leído este informe ya que, en su día, dijo que no daría luz verde a un expediente que no llevara aparejado un plan de futuro. «Una de dos, o no se ha leído la memoria explicativa, o no se ha leído el informe que ha presentado la sección sindical de UGT o mucho me temo que no se haya leído ninguna de las dos cosas», sentenció.
La Junta y el Gobierno
Según señaló, la responsabilidad «total, única y exclusiva» la va a tener la Junta de Castilla y León, que ha sido quien ha emitido ese informe favorable y el Ministerio de Trabajo del Gobierno. «Mucho me meto que después de este expediente va a venir algo mucho más grave y más complicado», subrayó. Y se preguntó si a partir de ahora se va a admitir lo que proponga la empresa de «buenas a primeras» y sin ningún tipo de «cortapisas». Por eso, pidió al presidente del Gobierno y al de la Junta que se pongan a trabajar como lo ha hecho en su país el presidente de Francia y dijo que es falso que la Junta haya aminorado el alcance del ERE, porque en realidad estaba engordado. «Es rotundamente falso que la Junta de Castilla y León haya aminorado ese ERE y que diga que está del lado de los trabajadores. Y no quiero dejar de lado al Ministerio de Trabajo, exactamente lo mismo», aclaró.
Medida necesaria
Por otra parte, sostuvo que se trata de un expediente «puro y duro» que afectará gravemente a los trabajadores y, aunque reconoció que se trataba de una medida «necesaria», consideró que tendría que haber ido acompañado de un plan industrial o de viabilidad, cuando lo único que presenta la empresa en su memoria explicativa es el Modus, en la planta de Valladolid, y en el resto lo que se está fabricando. «El problema no puede ser la solución. Si el problema es el Modus, malamente puede ser la solución», agregó.
González recordó que el sindicato ha dado permanentes muestras de su afán negociador, al contrario que la compañía que quería «desligar» los incumplimientos de los acuerdos del convenio colectivo el vigor del propio ERE.
El representante sindical insistió en que el futuro de la planta de Valladolid pasa por poner en marcha el contrato relevo, que paralizó de manera unilateral la empresa, y, por otra parte, por traer un nuevo modelo para aclarar el futuro.
En su intervención, arremetió contra los políticos de la provincia, la comunidad y de todo el país hacia los que aseguró tener una profunda «desconfianza» por permitir un expediente que supone «un parche» ante un «futuro bastante negro» y lleno de «dudas» sobre el futuro de Renault en España.