Un viaje muy largo

lisboa

La ha definido como la jornada institucional más intensa de su carrera política. No es para menos, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, ha condensado en sólo 24 horas reuniones con el primer ministro de Portugal, José Sócrates, el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, la responsable de Educación, María de Lurdes Rodriguez, el titular de Medio Ambiente, Ordenamiento, Territorio y Desarrollo Regional, Francisco Nunes Correira, y con el de Obras Públicas, Mario Lino. Ha conseguido plasmar sobre el papel aquellos propósitos que hasta ayer sólo eran buenas intenciones, avaladas también por el país luso, pero hoy ya son un claro avance en las relaciones de cooperación entre ambos territorios.

Los encuentros, casi solapados en el tiempo, han implicado a ambos gobiernos en el impulso a una mejor cohesión social y económica destinada a facilitar la vida de las personas que viven en las zonas deprimidas de la frontera.

Una propuesta que culminó con el almuerzo que compartió con más de doscientos empresarios españoles y portugueses. Ante ellos pronunció un discurso que casi termina en los postres. «Yo, sin partitura tengo mucho peligro». Así comenzó su alocución. Y lo tuvo. Más de media hora de promoción verbal para vender las bondades de una tierra que necesita de inversores para seguir creciendo.

Además, dijo, tiene buenas comunicaciones con Portugal, tan buenas que a él le permiten hacer el trayecto Lisboa-Valladolid en «poco más de cuatro horas». Quizá le pudo el optimismo o, igual no, su coche corre más que el autobús de la prensa de la comunidad. Éste sí que tarda ocho horas.