Los inmigrantes aportan medio punto al crecimiento del PIB en la comunidad

El director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Pablo Vázquez, presentó ayer acompañado por el consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, los datos de Castilla y León recogidos en la publicación «Efectos económicos de la inmigración en España». Según el informe, los extranjeros ha aportado medio punto cada año entre 2000 y 2006 al crecimiento del PIB de la comunidad, y «están soportando de forma más severa el ajuste que necesita la economía del país para salir de la crisis».

Según Vázquez, esa situación se debe a la evolución del mercado laboral en los últimos años. Mientras el 63% de la población de la comunidad se dedicaba en el 2001 a actividades poco cualificadas, ocho años después esa cifra descendió hasta el 55%. Por el contrario, a comienzos de la década el 58% de los inmigrantes realizaba actividades poco cualificadas, mientras que en la actualidad la cifra ha ascendido hasta el 80%.

Sectores más castigados. Esa situación se suma a la estrecha relación de los inmigrantes con los sectores más castigados por la crisis, como la construcción y el comercio, así como la alta temporalidad de los trabajadores extranjeros contratados en España. De acuerdo con el informe, el elemento determinante que puede condenar a un trabajador al paro no es la edad, el sexo, ni la nacionalidad, sino el tipo de su contrato. «Una persona con un contrato temporal tiene doce veces más probabilidades de acabar engrosando las listas del paro que alguien con un contrato fijo», apuntó Vázquez antes de concluir que «hay que cambiar el modo de contratar en este país». Según él, el modelo ideal sería suprimir los contratos fijos y temporales por un tipo de contrato único, cuya indemnización por despido esté ligada al número de años trabajados por el asalariado.

El sistema se apoya en el concepto de la «flexi-seguridad», y responde a la máxima de que «es importante que los trabajadores puedan moverse de empresa».