La botella a medias, medio llena o medio vacía
La andanada | cerecedo
La sesión monográfica que dedica el Parlamento Regional a debatir el Informe anual que presenta el Procurador del Común suele discurrir por cauces muy previsibles. Ayer no fue una excepción. A partir del balance que presenta el Defensor, la misma botella aparece para unos, los socialistas, medio vacía, en tanto que otros, los populares, la ven medio llena. Así ocurría durante la etapa del profesor Manuel García Alvarez y así ocurre desde que le sucedió el fiscal Javier Amoedo.
La interpretación partidista sigue siendo tal cual. Si acaso lo que ha ido cambiando a mejor es la actitud hacia el Procurador por parte de las administraciones concernidas, la Junta y la Administración Local, que, de mejor o peor gana, han ido atendiendo cada vez con mayor diligencia los requerimientos del Defensor. No tanto porque la figura la encarne actualmente un fiscal como por la reforma que se introdujo en la Ley a partir de la cual ningunear al Procurador puede acarrear responsabilidades de tipo penal. Aun así, en el informe anual aparecen 55 quejas ciudadanas paralizadas por falta de respuesta de las administraciones en los plazos establecidos.
A juicio de los socialistas, la cantidad y la naturaleza de las quejas que recibe la institución acreditan el deficiente funcionamiento tanto de la administración local como de la autonómica. Eso sí, para Ana Redondo no se puede medir a ambas por el mismo rasero. Los ayuntamientos tienen como atenuante la insuficiencia de medios que padece la inmensa mayoría de ellos. Lo de la Junta, sin embargo, no tiene esa excusa. Al respecto la portavoz socialista se refirió a los agujeros negros que, a modo de queso de gruyere, aparecen en el informe del Defensor y que se localizan en los procesos de selección de personal y en diversas áreas de gestión de las Consejerías de Fomento (a la cabeza en número de quejas), Medio Ambiente y Sanidad, amén de la conflictiva aplicación de la Ley de Dependencia.
Curiosamente, basándose en el mismo informe, la Ley de Dependencia fue esgrimida por el portavoz popular, Carlos Fernández Carriedo, como ejemplo de correcta gestión por parte de la Junta. Carriedo evitó, no obstante, entrar en la naturaleza de las quejas y prefirió abundar en las estadísticas. Según las suyas, mientras el número de quejas ciudadanas dirigidas al Gobierno central y a la administración local se ha incrementado casi en un 30 por ciento en ambos casos, las dirigidas a la Junta han disminuido en un 1 por ciento, lo cual indica el grado de satisfacción ciudadana hacia la administración autonómica. En lo único que coincidieron populares y socialistas fue en felicitar a Amoedo por el buen funcionamiento de la institución, aunque nadie llegó tan lejos en sus elogios como Joaquín Otero, no en vano declarado amigo personal del Defensor. Otero se interesó de paso por las previsiones acerca de la nueva sede a ocupar por el Procurador del Común, a lo que Amoedo respondió que, si se cumplen los plazos, en menos de dos años se realizará la mudanza desde la Casa del Peregrino al antiguo Museo de León, lo que probablemente conlleve algún incremento en la plantilla.
Poco más dio de sí un debate con mucha butaca vacía en la tribuna de invitados. Entre los escasos asistentes pudo verse al ex alcalde de León, Mario Amilivia, presidente del Consejo Consultivo, institución que permanece desde mayo pasado pendiente de renovación.