Reportaje | j. benito iglesias
Aires reales en el bajo imperio
La Reina Doña Sofìa inaugura oficialmente el nuevo recinto que acoge el yacimiento arqueológico y los mosaicos de la villa de La Olmeda en Pedrosa de La Vega
Villa romana de La Olmeda, en pedrosa de la vega, Palencia
La visita real, no por esperada durante meses, confirió ayer una aureola de majestuosidad a la remodelada villa romana de La Olmeda en Pedrosa de la Vega (Palencia). La cubierta que protege los mosaicos de la época tardorromana, realizada en hormigón blanco perimetral y rematada en la cúpula con policarbonato y acero corten, lució con todo su esplendor bajo un sol radiante.
La puesta de gala contó con el mejor de los escenarios y la invitada más adecuada, su Majestad la Reina Doña Sofía, experta arqueóloga que recorrió los 4.400 metros cuadrados de la antigua villa romana, convertida actualmente en un yacimiento que alberga 1.400 metros cuadrados de valiosos mosaicos en perfecto estado de conservación. «Me ha gustado mucho», fue la escueta frase pronunciada ante los 60 periodistas e informadores gráficos acreditados para cubrir la inauguración oficial de La Olmeda.
Un aterrizaje previo en helicóptero en el campo de fútbol de -El Soto-, ubicado en la cercana localidad de Saldaña, sirvió como antesala al retorno de la Reina Doña Sofía a Palencia diez años después, tras recorrer en 1999 la exposición de -Las Edades del Hombre- en la capital. Ayer, el arte de los moseaístas romanos del siglo IV fue la excusa para volver.
Fue recibida a pie de vehículo oficial -"ante la mirada de unos 300 vecinos de Pedrosa de la Vega y Saldaña que accedieron al recinto-"- por el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera. Luego fue presentada protocolariamente al presidente de la Cortes, José Manuel Fernández Santiago; el delegado del Gobierno, Miguel Alejo; el alcalde de Pedrosa de la Vega, Arturo Calvo; y el presidente de la Diputación, Enrique Martín, anfitrión principal ya que la institución es la propietaria de la villa romana.
Faltaba alguien especial, Javier Cortes Álvarez de Miranda, el descubridor del yacimiento arqueológico en julio de 1968 y que donó a la Diputación en 1980. Falleció en marzo de este año, justo un mes antes de que las remodeladas instalaciones a las que tanto tiempo dedicó se reabrieran al público después de casi tres años y medio de obras y nueve millones de euros de inversión. El presidente provincial, Enrique Martín, tuvo un especial recuerdo para su figura.