La nueva receta electrónica reducirá las consultas y mejorará la asistencia
La consejería de Sanidad pone en marcha un proyecto piloto en un municipio de Valladolid; el sistema evitará las consultas continuadas de enfermos crónicos
Guisasola visitó el centro donde se aplica la receta electrónica .
Poca vida le queda ya a la tradicional receta de papel; si todo sale bien en La Cistérniga, el pueblo elegido por Sanidad para probar la receta electrónica, pronto se podrá prescindir de este soporte físico e, incluso, de acudir al médico en el caso de los tratamientos crónicos.
La consejería de Sanidad ha puesto en marcha un proyecto piloto para desarrollar este nuevo dispositivo que bebe directamente de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y que está llamado a mejorar la calidad asistencial y reducir de manera significativa el número de consultas presenciales.
El consejero de Sanidad, Francisco Javier Álvarez Guisasola, presentó ayer el proyecto a los medios, aunque en el municipio llevan ya unos días experimentando con la receta electrónica. Entre «las ventajas, el consejero destacó la mejora de la calidad asistencial, ya que el médico dispondrá de mayor tiempo para atender al resto de pacientes». Pero la principal ventaja será para los enfermos crónicos, ya que podrá obtener sus medicamentos de forma automática cada 28 días, sin necesidad de solicitarlo previamente.
Además, este sistema abrirá nuevos cauces de comunicación entre el personal sanitario y los farmaceúticos; la aplicación contiene un apartado de mensajería por el que ambas partes pueden ponerse en contacto para mejorar la atención integral del paciente.
En el desarrollo de la receta electrónica también está implicado el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León ; su presidente, Jesús Aguilar, resumió las ventajas del sistema en el mejor seguimiento del tratamiento. Consideró la puesta en marcha de la receta electrónica como un paso «muy importante» en la colaboración entre las oficinas de farmacia y los profesionales de atención primaria en todas las acciones de seguimiento». Durante el acto de presentación, Aguilar destacó también la calidad que redundará en los pacientes.
El sistema comienza a funcionar en el momento en que el paciente acude a la consulta de su médico, quien debe acceder al historial a través del llamado Sistema Medora. El diagnóstico y los tratamientos se introducen en la red, mientras que al enfermo se le proporciona un documento con toda la información sobre los medicamentos y tratamientos que debe cumplir. La segunda fase se desarrolla en las farmacias donde, a través de la tarjeta sanitaria del paciente, se consulta el tratamiento para, acto seguido, dispensar lo prescrito.