Diario de León

opinión | el invento del maligno

Denuncia

Publicado por
josé javier esparza
León

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Fue en Sálvame , el pasado 20 de octubre, y en horario protegido. Lo ha denunciado el Consejo Audiovisual de Andalucía trasladando la queja de una espectadora gaditana. En aquel programa de Telecinco, una colaboradora «sacó varios objetos de temática sexual y reprodujo escenas sexuales con otra invitada del programa», reza la denuncia.

Las protagonistas del lance eran, si no recuerdo mal, Karmele Marchante y Mila Jiménez. Aquí lo contamos en su momento. La denuncia ha llegado a la Subdirección General de Medios Audiovisuales. El Ministerio de Industria, evaluado el caso, considera que las referidas escenas pueden perjudicar el desarrollo físico, mental o moral de los menores de edad. Ahora Sálvame se enfrenta a un expediente y, si se aplica la norma con rigor, a una multa de hasta 300.000 euros.

Cuando se plantean cuestiones de este tipo, es norma demasiado común en los medios descolgarse con un cierto corporativismo: «Perro no come carne de perro», dice el refrán (y a mí me lo espetó con esas palabras uno de mis innumerables jefes un día que forcé la mano en la crítica), de manera que no conviene que desde un medio se critique a otro.

No es un mal planteamiento, pero yo creo que el adagio ya no vale, porque esta forma de hacer televisión ha cambiado demasiado las cosas. De hecho, son ellos, los vázqueces y compañía, los que han estado comiendo a mansalva carne de perro al tratar de hacer pasar por periodismo su trabajo, llevando al público a creer que el periodismo es lo que hacen Karmele y Belén Esteban, y no lo que hacemos los demás.

Pues no, oiga: lo que hacen en Sálvame no es periodismo; lo que hacen en este programa, y en otros como él, es un tipo de espectáculo éticamente reprobable que se disfraza de periodismo para parecer más presentable ante un público embrutecido.

Así que, sinceramente, me alegra que Industria abra un expediente al programa televisivo Sálvame y me alegrará aún más que se castigue una infracción tan evidente de la ley. Perro no come carne de perro, en efecto, pero nada impide al perro comer carne de hiena.

Mordamos, pues.

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