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Antena 3 estrena este lunes el programa «Objetivo: mediación»

La cadena pone en marcha un formato en el que dos trabajadores sociales intentan resolver coonflictos en institutos

Imagen del instituto Juan Garay de Valencia .

Publicado por
daniel roldán | madrid
León

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¿Cómo atajar el acoso escolar? ¿Qué hay que hacer cuando un chaval se desmorona ante el maltrato de sus compañeros? ¿Y ante el absentismo? Unas dudas a las que Antena 3 quiere dar respuesta con Objetivo: mediación , un programa para las tardes (16.00 horas) de la semana próxima. El trabajador social Xabier Olza y la psicóloga Laura Ramírez, coordinados por Daniel Díez, serán los encargados de lidiar con los problemas en los institutos.

Los cinco casos que se emitirán, en coincidencia con la celebración de santo Tomás de Aquino (patrón de los estudiantes), son recreaciones basadas en hechos reales. Los alumnos son actores, aunque también hay profesores que hacen de sí mismos. Olza, un actor diplomado en Trabajo Social que trabajó en un campo de refugiados de Macedonia y en Bolivia, señaló que la mecánica del programa es sencilla: «Problemas que han llegado a un punto de no retorno». En uno de los episodios, una chica que sufre acoso intenta suicidarse. Otro ejemplo de los embrollos juveniles es el botellón.

Botellón. «Todos hemos bebido antes de los 18 para irnos de juega. En nuestro programa termina con que se quema el coche de un profesor. Son situaciones que se pueden dar en cualquier instituto pero que aquí tocan un techo más alto», comentó el trabajador social pamplonés.

Es entonces cuando entran los mediadores para investigar las causas y analizar los acontecimientos más problemáticos. Después de este primer contacto, Olza y Ramírez se ponen en contacto con el entorno del adolescente para que aporten datos que ayuden a estudiar el caso con más detenimiento. Unas escenas de este -˜docu-coaching (algo así como documental de aprendizaje) que se hicieron sin un guión formal. «Sólo teníamos una hoja de ruta. Los diálogos eran en su mayoría improvisados», apuntó Olza. Sólo se marcaba a dónde tenía que ir cada personaje y nada más. «Esto permite que la gente que no es actor no se agobie con el texto y que el diálogo sea más fluido.

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