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Publicado por
josé javier esparza
León

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Antena 3 ha estrenado Adolfo Suárez, el presidente , un telefilme de Europroducciones y de la propia cadena que han dirigido Sergio Cabrera y Juan Carlos Rubio. Superó los tres millones de espectadores, lo cual no está nada mal. Es importante que la tele haga este tipo de cosas. La transición desde el régimen del 18 de julio al sistema constitucional de 1978 es sin duda uno de los grandes acontecimientos de la Historia contemporánea de España, uno de esos hechos que merecen ser revisados, estudiados y relatados. Hasta ahora, la industria audiovisual española ha sido bastante cobardona con el tema. En los últimos años, sin embargo, han empezado a aparecer algunos productos dignos de mención. El de Antena 3 es uno de ellos. Está bien hecho, rodado con medios, con un reparto muy amplio y buscando una factura decente. Todo eso es muy de agradecer. Lamentablemente, aquí se acaban las virtudes del producto. Empecemos por el principio, que es la opinión de los personajes retratados ahí: la serie ha gustado bastante poco en la propia familia Suárez; me consta porque ella misma me lo ha dicho.

Tanto es así que contestó negativamente a la propuesta de la productora cuando empezó a rodarse la película. A la familia le parece, y tiene razón, que al dibujo del presidente le falta profundidad, tanto política como humana. También le extraña que el guión no recoja elementos que considera decisivos en la personalidad de Suárez, como su religiosidad.

La familia refuta la veracidad de escenas como las tarascadas con Armada y Pita da Veiga, o esa otra en la que los guardaespaldas han de contener al presidente para que no arremeta contra unos paisanos que le increpaban. Y por supuesto, a la familia le resulta inaceptable la tensión sexual entre Suárez y Carmen Díez de Rivera que la serie utiliza como recurso narrativo. Y esto, ya digo, sólo para empezar, porque, además, Adolfo Suárez, el presidente , adolece de defectos en el plano histórico que hacen de la serie una obra frustrada.

Otro día lo veremos, si a usted le parece bien, porque aquí ya no caben.