Reportaje | marcelino cuevas
Un ejército de chopos altivos
Vegonha Rodríguez muestra en el Palacio de don Gutierre su «Bosque domesticado»
Si existe algún ser que puede tener memoria del viejo hablar de estas tierras, ese tiene que ser alguno de los viejos chopos que pueblan desde siempre el paisaje de León como lanzas desafiantes o como pendones altivos azotados por todos los vientos. Por eso la presencia de el Bosque domesticado , de la joven escultora leonesa Vegonha Rodríguez, en el Patio del Palacio de Don Gutierre, reducto del leonesismo cultural, es enormemente apropiada.
Vegonha ha querido sintetizar en unos estilizados árboles de hierro, con la pátina de la herrumbre, las siluetas gráciles de los árboles que desfilan como vertiginosos fantasmas ante las ventanillas del coche en el que viaja camino del pueblo donde reside. «Me gusta mucho el juego de movimiento que registran los árboles cuando pasas a su lado a toda velocidad. El contraste de los que están muy lejos, con los más cercanos, hace que el que los contempla tenga la sensación de que se mueven, de que interpretan una danza ancestral. Después, contemplándolos en reposo, esos largos pasillos de las plantaciones semejan naves de una inmensa catedral gótica. Por eso he ido trabajando sobre ese tema con mucho interés. En la exposición hay tres secciones bien diferenciadas, las siluetas de los árboles en el propio patio, y dos versiones de los mismos en distintas técnicas, primero en fotografías, que he coloreado según me dicta la imaginación, y después en unas acuarelas en las que he jugado con: como los veo yo, como son ellos y como se transforman a través de un cosido que sale de la pintura hacia arriba, asemejándose a la transformación que los árboles han sufrido, desde su presencia en el campo, hasta su representación en este patio.
El bosque de Vegonha Rodríguez está formado por siluetas metálicas de la máxima sencillez. Son una evocación poética del contraluz que podríamos encontrar al atardecer en muchos lugares de nuestra geografía. «He querido impregnarles de unas texturas que den la sensación de que por ellos ha pasado el tiempo. Tiene una capa de óxido y después una ligera pintura que es también una referencia a las sufridas cortezas de los chopos».
Confiesa la escultora que le hubiera gustado hacer innumerables árboles de hierro, que su idea era la de recrear todo un inmerso bosque de chopos imaginarios-¦ y que quizá algún día lo haga.
Pero aquí hay un espacio pequeño y esas deben de ser también las dimensiones de ese bosque encantado con el que la artista traslada al espectador a los escenarios más característicos del paisaje leonés.
Lugar: patio del Palacio de don Gutierre.
Horario: laborables, de 9.00 a 21.00 horas. Hasta el 19 de marzo.