Depredadores

Difícil etapa, la de los profesionales de TVE. La cadena, por un lado, ha de mostrarse como la televisión pública que todos deseábamos, lo cual todavía dista de ser. Al mismo tiempo, la empresa sigue comportándose con las hechuras de la privada más convencional, incluidas las medidas de «adelgazamiento» con asesor externo (ya sabe usted: ese tipo de dietas en las que, normalmente, el único que engorda es precisamente el asesor). El último desembarco privado en la Pública ha sido, después de la sobrina de Oliart, otro sobrino de relumbrón, esta vez de Calvo Sotelo, y que viene de Prisa, es decir, de otro enfermo que se ha puesto a dieta.

Ojo con esto de los desembarcos externos, porque las «importaciones» de TVE van más allá y afectan a algo mucho más sólido: la producción. En los pasillos de TVE están que trinan con la «externalización» de servicios y producciones. Todos apuntan a Roures, el jefe de Mediapro, que además es el jefe de La Sexta. Lo último de Roures ha sido el futbolazo, o sea, que ahora haya fútbol también los lunes. Al final la guerra del fútbol se ha resuelto como suelen resolverse estas cosas: usted paga y ellos se reparten el dinero. Roures ha conseguido una cosa asombrosa, a saber: hacer que todo el mundo pierda dinero menos él. Nadie ignora que semejante hazaña se debe, muy principalmente, a una relación privilegiada con el poder político. Pero casi nadie se atreve a decirlo muy alto porque, sobre ese milagro de la rentabilidad, Roures ha obrado un segundo prodigio no menos admirable: que nadie se atreva a apuntarle con el dedo para no parecer poco progresista.

Pero estábamos con TVE. De momento, lo último que se les ha ocurrido es recuperar la benemérita serie El hombre y la tierra, de Rodríguez de la Fuente. Esto ya se les ocurrió hace lo menos ocho años (si no recuerdo mal, en su día metieron a Lorenzo Milá por medio). En aquel momento no salió, pero ahora, por efectos del ajustazo, volverá a la pantalla. Buen momento para aprender cosas sobre los hábitos de los grandes depredadores. Más oportuno que nunca.