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Publicado por
josé javier esparza
León

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El invento del maligno

Lo que le faltaba a Telecinco para tocar lo más hondo de la indecencia en el asunto Neira era sacar a la mamá del agresor vindicando su honra. Bueno, pues ya está hecho: este fin de semana La Noria nos presentaba en sociedad a la madre de Antonio Puerta, el tipo que agredió a Jesús Neira, en uno de esos fétidos rituales de malo convertido en bueno para emoción de un público que, a estas alturas, difícilmente puede ya distinguir dónde está el bien y dónde el mal. Convertir al malo en bueno, al agresor en víctima, al culpable en inocente, es un tópico de la contracultura occidental que se puso de moda en los años sesenta -"mucho ha llovido-" y que, poco a poco, ha dejado de ser un argumento marginal y subversivo para convertirse en ideología dominante. La consecuencia es que no sólo el malo se convierte en bueno, sino que el bueno se convierte en malo, la víctima en culpable. En el País Vasco saben algo de esto. Aquello fue un caso particular de esta ley general. Y la televisión -"no toda, por fortuna-" ahonda en el fenómeno y lo multiplica elevándolo a la condición de espectáculo. Hace poco, el programa de Ana Rosa, con su camisita y su canesú, daba voz al siniestro Rafita transmitiéndonos la idea de que la alimaña evolucionaba hacia la condición de osito panda; a la Quintana sólo le faltó declarar que el Rafita debía ser declarado especie protegida. Ahora La Noria , que ya ha explotado hasta la náusea a Violeta Santander, novia del agresor, abre mercado con la madre del susodicho, la mamma, que en su papel de madre defiende a su hijo. Una madre es una madre; nada que objetar. Pero una cadena de televisión debería ser responsable de los mensajes que lanza. Hay que recordar que en ese mismo canal se arrojó la sospecha sobre Neira, la víctima, porque era muy de derechas, tacha que sin duda justifica el que a uno le sacudan por la calle. Yo me pregunto si de verdad hay alguien con dos dedos de frente que todavía se crea estas cosas. Aunque quizás habría que reformar la pregunta: ¿Hay todavía alguien con dos dedos de frente en Telecinco?