Toros

El invento del maligno

Revuelo taurino por una serie de dibujos animados en TVE-1. La serie, de producción israelí, se llama Vipo, las aventuras del perro volador, y en uno de sus recientes episodios se dedicaba a condenar la fiesta de los toros. En tono ecologista naíf, los protagonistas de la serie decían: «Las corridas no son justas, obligan a luchar al toro aunque él no quiera hacerlo. Él no quiere hacer daño al matador, ellos son muchos y Billy está ahí sólo, es un toro pacífico ( ) Recordad, nosotros vamos con el toro». La cosa ha sublevado a los amantes de la tauromaquia, como es natural».

Nadie ignora que el asunto ha ardido porque el contexto es extremadamente combustible.

En Cataluña hay en marcha una iniciativa parlamentaria para prohibir las corridas de toros; se mantendrían, curiosamente, los festejos populares asociados, como el llamado «toro embolado», que consiste en fijar a las astas del animal sendas bolas de fuego y soltarlo por las calles.

Como, de un tiempo a esta parte, lo que pasa en Cataluña suele anticipar lo que va a pasar en el resto de España, y como además la casta política de allá tiene vara alta sobre la casta directiva de RTVE, los taurinos han querido ver en esta serie de dibujos una especie de premonición de lo que se nos viene encima, a saber: no sólo TVE marginará definitivamente a los toros -”cosa que ya está casi consumada-”, sino que además se avecina una condena expresa de la tauromaquia por parte de la televisión pública.

Seguramente los taurinos extreman su celo, pero es difícil discutir que tienen razones para la sospecha. TVE dejó de emitir corridas de toros en octubre de 2006 invocando precisamente el horario protegido. Pero, claro, una cosa es no emitir toros, y otra muy distinta educar a los niños en la doctrina anti-taurina. Si de violencia se trata, hay más en cualquier documental de animales (o en Águila roja ) que en una corrida.

De momento, la Mesa del Toro -”la organización del sector-” ha pedido una reunión urgente con RTVE. Se celebrará esta semana que entra. Igual aparece por allí Vipo, el perro volador.