Posee diez arcos y fue mandado construir en tiempos de Carlos III
Desde la asociación de vecinos Aljama se recuerda que son dos los puentes monumentales que dan entrada y salida al Camino de Santiago a su paso por la capital del Viejo Reino: el de Puente Castro y el de San Marcos, así que «sería justo concederles la misma importancia y cuidado», argumentan.
Pero además reafirman la importancia histórica de la población en todo cuanto se refiere a la Ruta Jacobea: «En el barrio de Puente Castro, en San Pedro del Castro con más exactitud, existió también un hospital de peregrinos y una ermita dentro del mismo barrio dedicada a Santo Tomás de Canterbury como parte de la devoción y de la afluencia de peregrinos por el Camino Francés». Y es que las diversas guías y folletos que abordan este barrio leonés suelen hablar casi únicamente de la antigua e imponente judería que acogió la localidad pero olvidan el hospital, ermita, iglesias y, en general, la antigua tradición de hospitalidad demostrada por sus habitantes.
El puente sobre el río Torío, mandado construir por la administración del rey Carlos III de Borbón, posee diez arcadas fechadas en el año 1776 y está realizado en piedra rosada, posiblemente procedente de la comarca montañesa de Babia.