Joaquín Cuevas: «No existe un solo indicio de la unión, en 1230, de León y Castilla»
El autor presentó «León en la época más confusa de la historia de España»
Joaquín Cuevas fue categórico, ayer, en la presentación de su nuevo libro, León en la época más confusa de la historia de España (1230-1504): «A la muerte de Alfonso IX le sucede en el trono de León su hijo, con el nombre de Fernando III. Esta herencia ha sido calificada por casi la totalidad de los historiadores como la unión de los reinos de León y de Castilla y, por añadidura, la integración de León en Castilla. Esto es la mayor manipulación de la Historia de España».
Cuevas, que presentó su libro en un atestado Club de Prensa de Diario de León junto al director del periódico, Fernando Aller, y al escritor Ricardo Magaz, señaló que el nombramiento de Fernando III como rey de León «significó la unidad de poder de los reinos en un solo rey. Esa unidad de poder no tenía reflejo en una unidad de territorios. Había razones históricas y prácticas, así como unas diferencias muy acusadas que aconsejaban distinguir entre territorio y territorio». «Quiero decir que en ningún momento la unidad de poder conllevó la unión de ambos reinos, ni la unión de leoneses y castellanos, además de otros pueblos. No existe un solo documento tangible que demuestre esa unión de reinos y de pueblos. En cambio, existen infinidad de documentos que demuestran muy claramente lo que acabo de decir. En este libro se pueden comprobar», añadió.
«León —prosiguió Cuevas— sí tuvo rey propio a partir de 1230, lo que no tuvo fue rey privativo. El rey de León era, además, rey de otros reinos como Castilla, Murcia, Toledo, Sevilla y otros. Las instituciones más importantes del reino leonés en esta época eran el Merino Mayor o Adelantado Mayor, el Notario Mayor y toda la Judicatura, independiente de los otros reinos. Además León contaba con sus propias Cortes, las más antiguas del mundo como reconocen hasta los ingleses».