Se ampliarán las capillas de los Quiñones y Castañones
Si bien los responsables de Caja Madrid no quisieron ayer concretar de qué manera se remodelarán los espacios museísticos, hay que destacar que entre los planes para ampliar y hacer más accesible el museo de la Colegiata se estudia la modificación de la sala de doña Sancha y la ampliación de las capillas de los Quiñones y los Castañones. La iniciativa prevé además una obra arquitectónica que descongestione la entrada actual. Una de las ideas sondea la posibilidad de realizar un centro de interpretación -”que podría estar entre la muralla y la Colegiata-” que ponga fin a la angostura del vestíbulo que en la actualidad sufren los visitantes y que ofrezca a los turistas una explicación de la historia del edificio y los tesoros que acoge en su interior. Asimismo, se aprovechará la experiencia que Caja Madrid tiene en proyectos similares para desarrollar un nuevo sistema de gestión turística que iguale la riqueza e importancia isidoriana a su capacidad de recepción.
Entre las piezas que aún no pueden mostrarse por falta de espacio está el ajuar de la infanta doña María, varios ornamentos litúrgicos pertenecientes a los siglos XIV y XV, el Pendón de Baeza y una docena de joyas que en la actualidad se encuentran en la torre, como los relicarios de San Juan Bautista o de San Isidoro.