Diario de León

El pueblo, las instituciones y la literatura dan su adiós a Delibes

Después de que 20.000 personas le lloraran en la capilla ardiente, sus restos reposan en el pabellón de vallisoletanos ilustres de la ciudad junto a Zorrilla y Rosa Chacel

Miles de personas se echaron a la calle en Valladolid para despedir al escritor.

Miles de personas se echaron a la calle en Valladolid para despedir al escritor.

Publicado por
miguel lorenci | valladolid
León

Creado:

Actualizado:

Miguel Delibes descansa en paz. Sus restos reposan ya en el pabellón de vallisoletanos ilustres del cementerio del Carmen, junto a los de los escritores José de Zorrilla y Rosa Chacel, y del bailarín Vicente Escudero. Allí se le unirán pronto los de su esposa, Ángeles de Castro.

El insigne escritor, patriarca de las letras hispanas alma del idioma castellano, tomó este sábado El camino de la posteridad arropado por los miles y miles de paisanos que le mostraron su respeto y afecto en el tránsito hacia su nueva vida. Una vida que será larga y próspera «y en la que tenía puesta toda su ilusión» según dijo su primogénito, Miguel Delibes de Castro, en el sentido agradecimiento a los miles de ciudadanos que abarrotaron las calles de la capital castellana que ofrecía su definitivo adiós al escritor.

Más de 20.000 vallisoletanos pasaron por la capilla ardiente del consistorio, que se levantaba al filo del mediodía y a la que acudió el sábado la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. A falta de miembros de la Casa Real, fue la más alta representación institucional, junto a la ministra de Cultura. Porteado por ocho de sus nietos, el féretro con los restos del escritor abandonó a mediodía el consistorio camino de la catedral. El repique de campanas y la cerrada ovación de los miles de vecinos concentrados en silencio en la Plaza Mayor colmaron las emociones del familia Delibes. El llanto se apoderó de los siete hijos y dieciocho nietos del insigne escritor, que se fundieron en una piña mientras que el aplauso popular restallaba en la luminosa mañana de marzo.

La comitiva fúnebre recorrió a paso lento los centenares de metros que separan el consistorio de la catedral, flanqueada en todo momento por una multitud que no dejó de aplaudir a su vecino más ilustre. El féretro fue recibido en el pórtico catedralicio por la vicepresidenta De la Vega, por el presidente Juan Vicente Herrera y por el administrador diocesano Félix López Zarzuelo, encargado de oficiar una misa fúnebre concelebrada con una veintena de sacerdotes. En su homilía, el padre Zarzuelo glosó los valores humanos y literarios de finado. «Un gran heredero de Cervantes de cuya muerte se duelen España entera y la ancha comunidad de hispanohablantes», afirmó.

tracking