Oligopolio

Para este viernes -festivo, claro: estas cosas se hacen siempre en puentes o vacaciones- está previsto que el Gobierno apruebe cosas muy importantes en el mundo televisivo. Tan importantes que van a dejar todo como está, pero peor, porque acentuarán los defectos que ya tenía el sistema. El plato fuerte será, sin duda, la atribución de nuevos canales, que va a beneficiar a las empresas ya existentes. Por lo que se ha filtrado por ahí, el mapa quedará del siguiente modo: Telecinco, Cuatro, Antena 3, La Sexta, Veo TV y Net TV, cada una con cuatro canales. Y fuera de éstos, el desierto: nada. Estas empresas ya tenían antes licencias de explotación: tres Telecinco, Cuatro y Antena 3, y dos La Sexta, Veo y Net. De manera que la nueva atribución refuerza a los que ya eran fuertes y expulsa a los que eran débiles. Que el capitalismo actual camina por naturaleza hacia el oligopolio es algo cada vez más evidente.

Quizá porque la base de este capitalismo ya no es lo que se produce, y mucho menos el que lo consume, sino el dinero que financia la operación. Sea lo que fuere, el hecho es que ahora estamos en pleno oligopolio televisivo. Las pocas voces críticas que aún quedan mirarán a las empresas beneficiarias y les afearán su ambición. Bueno, sí, pero ¿acaso las empresas no están para ser ambiciosas? Aquí el problema no está en que el empresario quiera cada vez más -"su función es esa-", sino en que quien ha de controlar el proceso, que es el Gobierno, abandone cualquier criterio de regulación y control para ponerse al otro lado de la barra. Perdón, rectifico: los únicos criterios de regulación que este Gobierno no abandona son los de los contenidos, donde va a aplicar un código ideológico políticamente correcto que, sin embargo, no va a paliar la catarata de basura que ahora sufrimos. Lo dicho: todo va a quedar como está, pero peor, porque los defectos del sistema se intensifican. Pluralismo limitado en un marco de creciente unanimidad informativa y de pasmosa homogeneidad en los programas. Y para vigilarlo todo, un Consejo Estatal. Qué miedo.