Crítica | marcelino cuevas
El esplendor del «bic»
Eduardo Sánchez muestra cómo hacer arte con un boli
Imagen de una de las obras expuestas en Campus Stellae.
Campus Stellae, la galería de arte del colegio de los Hermanos Maristas, sigue con su programación de exposiciones. En ella es una constante la aparición de artistas jóvenes inmersos en las nuevas tendencias, en los conceptos más innovadores, una labor muy interesante que está en manos de Carlos Cuenllas, uno de los artistas leoneses más internacionales al que siempre le queda un momento libre para dedicarlo a esta pequeña galería de exposiciones. Estos días le ha tocado el turno de mostrar sus trabajos a Eduardo Sánchez, un mallorquín que ha puesto en valor un instrumento tan prosaico como el bolígrafo. Sánchez, que reside en Burgos, se licenció en Bellas Artes en la Universidad del País Vasco, y ha ganado innumerables premios. Actualmente es colaborador de la sección de humor gráfico de Diario de Burgos , profesor de dibujo y cartelista.
En la exposición que presenta en León muestra una interesante serie de dibujos, algunos llenos de singular ironía, en los que el único instrumento que emplea es un bolígrafo, un bic delo más prosaico. En sus manos, este singular instrumento se convierte en un mágico lápiz con el que el artista consigue toda una increíble gama de degradados, de luces y sombras que a primera vista nadie se imagina que puedan proceder de la bola rodante de un bolígrafo.
Se muestra Eduardo Sánchez como gran dibujante y, también, como inventor de un estilo innovador dentro del mundo artístico.