Reportaje | verónica viñas
El Tiziano de ida y vuelta
El cuadro vuelve a Sahagún sin que nadie investigue si se trata de una obra original del maestro veneciano, como apuntaron los expertos de Simancas
Imagen de archivo del momento en el que el «Tiziano de Sahagún» era trasladado al Museo
El «Tiziano de Sahagún» salió rumbo a Simancas, con breve escala en el Museo de León, en un absurdo viaje a ninguna parte. Ahora está nuevamente en el Museo de la Semana Santa de la ciata localidad leonesa, que lo guardaba olvidado en un desván desde hacía décadas y de donde lo rescató la pintora y estudiosa local Cándida Buiza.
Aunque el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Simancas avaló en cierto modo las tesis de Buiza, que siempre ha defendido que se trata del Entierro de Cristo que el artista veneciano extravió antes de entregárselo a Felipe II, ninguna institución ha expresado su interés por llegar hasta el final en la investigación y averiguar si se trata del cuadro de Tiziano perdido hace 450 años que nunca apareció.
El informe de Simancas certifica que el óleo podría ser auténtico y no una «mala copia del XVIII» como aventuraron algunos expertos «a simple vista».
Simancas aconsejaba un estudio más minucioso y comparar el lienzo de Sahagún con los dos de la misma temática que se encuentran en el Museo del Prado.
Demasiadas coincidencias. Pero a nadie parece importarle, a excepción de Buiza, comprobar la historia de este singular lienzo que posee notables coincidencias con los dos que se exhiben en la pinacoteca nacional. Los informes tampoco descartaban su procedencia italiana.
Los elementos comunes entre las tres obras -”las dos del Prado y la de Sahagún-” son suficientemente llamativos como para llevar a cabo un análisis exhaustivo.
Como destaca Buiza, «la curvatura del torso del cuerpo de Cristo es igual en dos de los cuadros. La colocación de los personajes es igual en dos y también la sombra de la cara de la Virgen es semejante en dos de las obras. El vestido rojo de la Virgen se repite en dos. Y todos estos detalles mezclados están presentes en los tres».
Sin embargo, como reflexiona Buiza, «cada uno de los cuadros tiene una armonía perfecta en la policromía, teniendo los tres distintos colores en las túnicas y en los tocados de los personajes masculinos». A Buiza le extraña que teniendo en cuenta todos estos datos no se haya seguido una investigación más ambiciosa de la que estaba al alcance de Simancas, que fechó el «Tiziano de Sahagún» en el siglo XVII, tras analizar la densidad del lienzo y compararlo con más de una treintena de obras de pintura española, flamenca e italiana. El original apenas sería 40 años más antiguo; es decir, el maestro veneciano lo habría pintado en 1559, tal y como relata en una carta dirigida a Felipe II en la que lamenta haberlo extraviado y promete, en compensación, realizar otro aún mejor. Un margen de tiempo demasiado pequeño como para descartar que el de Sahagún sea el lienzo que se extravió hace 450 años...