Cátedra analiza la obra de Raúl Guerra Garrido
José Ángel Escunce destaca la variedad y complejidad de la creación del leonés
La escritura de Raúl Guerra Garrido (Madrid, 1935) ha configurado una obra narrativa caracterizada por la «variedad y complejidad» de sus planteamientos, estilos y propósitos, según anota el filólogo José Ángel Escunce en un estudio que acaba de publicar la editorial Cátedra. «Cabe hablar de una verdadera polifonía de temas y estilos. Abarca todas las formas narrativas y plantea problemáticas diferentes», sostiene Escunce en ese estudio que prologa la reedición de El año del wólfram , finalista del Planeta 1984 y que ahora recupera esa editorial en su colección Letras Hispánicas.
La novela, la novela corta, el cuento, los libros de viaje y los artículos periodísticos son algunos de los terrenos que ha pisado Guerra Garrido, ganador en 1976 del Premio Nadal con Lectura insólita de El Capital y cuya creación literaria ha gravitado sobre su procedencia madrileña, ascendencia leonesa y arraigo donostiarra. «Esta pluralidad de fuerzas que conforman su talante humano, propicia un espíritu profundamente humanista, comprometido con los ideales sociales y políticos de la libertad social y de la dignidad humana», apunta Escunza en su estudio
Pero ante todo, Guerra Garrido, Premio Castilla y León de las Letras 2006, «es un narrador de historias de ficción» que se revela en novelas «tan significativas» como Lectura insólita de El Capital (1977), Copenhague no existe (1979) y El año del wólfram (1984) ahora reeditada junto a ese análisis previo. «Es un hombre de literatura que asume la escritura para contar, a través de unas historias de ficción, la realidad siempre problemática de la vida humana y de sus obsesiones personales». Es el caso de El año del wólfram , la trama narrativa se desenvuelve en la comarca leonesa de El Bierzo a lo largo de la primavera de 1945, con el trasfondo histórico de la posguerra española y el final de la Segunda Guerra Mundial. En medio de una gran precariedad social y económica, los habitantes de esa comarca se afanan en la búsqueda y venta del wólfram, un metal muy demandado en la época.