Cantera de reporteros

Cada sábado por la noche acude religiosamente a su cita con los espectadores desde hace 37 años Informe Semanal . El programa más longevo de nuestra televisión y el decano de Europa en su género ha sabido aguantar sin que el fútbol le meta demasiados goles y sin que el gallinero que se monta en los patios de vecindad de las otras cadenas les tape la boca. El programa de reportajes de TVE 1 ha alcanzado una madurez que en la tele parece una eternidad. Lleva más de 1.500 semanas en antena y ha emitido más de 7.500 reportajes. Les encanta decir que vienen «del paleolítico» porque ellos empezaron rodando en cine, con la tele única y en blanco y negro y un censor que les hacía continuamente la puñeta. «A mí me han tachado las palabras aborto y divorcio de muchos textos», se queja Mercedes Milá, alumna aventajada que se curtió en «la mejor escuela de reporteros de la televisión». La que abrió Pedro Erquicia en 1973.

En el primer programa de Semanal Informativo , que así se llamó el primer año, emitieron un reportaje del atleta Mariano Haro y más adelante se metieron en la casa de Marisol, una jovencísima Carmen Sarmiento salió a la calle «a cara descubierta» a preguntar a las mujeres si eran o no partidarias del aborto, relataron la muerte de Franco desde el mismo hospital y fueron invitados a la boda entre Carolina de Mónaco y el playboy Philippe Junot -”«perfumaron todas las calles de Mónaco», recuerda Antonio Gasset-”. Más adelante estas cámaras que han visto casi de todo harían el camino hasta la enfermería junto a Paquirri tras la cogida mortal -”a petición de su viuda, Isabel Pantoja, un juez prohibió emitir nuevamente las imágenes-” y serían testigos de la agonía de Omaira, la niña colombiana de 13 que aprovechó los focos para pedir a su madre que rezara por ella mientras se hundía en el fango, de la caída del muro del Berlín, del desplome de las torres gemelas... No ha habido en estos 37 años «ningún acontecimiento importante ni conflicto» al que no hayan ido, armados con una cámara y un micrófono, «a ver la guerra de frente». «Fue impactante llegar a Líbano y ver los cadáveres tirados en la calle. Los corresponsales de guerra nos enseñaron a adivinar un bombardeo y a saber cuándo tenías que meterte debajo de la cama del hotel. Caminábamos siempre pegados a la pared por el miedo a los francotiradores». Así de crudo lo vivió y lo contó la reportera Ana Cristina Navarro. Aquel fue uno de los trabajos más complicados. Uno más. «Los que protagonizan las víctimas del terrorismo son muy difíciles. ¿Cómo pregunto, provoco la lágrima o la evito? También es difícil hacer un reportaje cuando nadie quiere dar la cara. En Fago nos encontramos con las casas cerradas a cal y canto. Sólo habló Santiago Mainar», recuerda Alicia Gómez Montano, directora de Informe Semanal desde 2004. El último relevo desde que Erquicia tomara el mando de un programa que nació para quedarse y que «siempre ha estado protegido» bajo el paraguas de la pública. «Dijo Darwin que sólo sobrevivían los fuertes y aquí estamos, con una audiencia fiel que se merece un monumento» y que no baja de los dos millones de espectadores». Se mueven entre el 11% y el 17% de share. ¡Felicidades !