Vestir como los paisanos

Las madreñas o galochas, los pañuelos, los rodaos y manteos, los barajones para la nieve, los chalecos, las capas, los sombreros y monteras... la vestimenta de lino, lana y estameña con la que se habían venido cubriendo los paisanos leoneses desde al menos el siglo XVIII protagoniza unas unidades didácticas que acaba de publicar el Museo Etnográfico de León con sede en Mansilla de las Mulas.

Se trata de una carpeta que incluye doce fichas, una por cada comarca; y en todas ellas está consignada la ubicación geográfica, la imagen del traje masculino por una cara y la del femenino por otra, fotos y complementos como adornos, joyería popular o calzado; y una explicación de lo que es el traje en sí. «Necesariamente breve, ya que lo que hemos querido hacer es una herramienta muy divulgativa, amena y práctica, por eso los textos son breves», explica Javier Emperador, reconocido experto en indumentaria tradicional, colaborador del citado museo y poseedor de una asombrosa colección de vestidos y joyería, sin duda una de las más importantes del Norte de España. Junto con el director del Etnográfico, José Ramón Ortiz del Cueto, es el responsable de este sugerente y exhaustivo trabajo.

Uno de los aspectos más notables de la publicación reside en que también incluye trajes «de diario», de faena, lo que se ponía la gente de manera cotidiana y que podía diferir mucho del vestido «de domingo» que, sobre todo en el caso de las mujeres, acabó por convertirse en el traje regional por antonomasia, a pesar de que se llevaba en muy contadas ocasiones. Y así, las fichas muestran los sombreros, camisas, boinas y abarcas de piel que día a día portaban los paisanos, y los pañuelos de cabeza, rodaos y mandiles que eran característicos de las paisanas. En el capítulo de novedades, Javier Emperador hace hincapié en el hecho de dar a conocer vestimentas muy poco divulgadas, como las que corresponden a las áreas situadas al Este de la provincia, Montaña Oriental, páramos de Payuelos, la Sobarriba... e incluso el Páramo, propiamente dicho, del interfluvio Esla-Órbigo.

Obviamente, no puede faltar uno de los iconos de la cultura leonesa, el traje maragato (a la izquierda), con sus anchas bragas, polainas con ligas y chaqueta, chaleco y cinturón bordados con primor, incluso con frases alusivas. Un traje que no hay que hacer corresponder, únicamente, con la supuesta etnia de arrieros, sino que a grandes rasgos era el usado en amplias áreas de toda la provincia.

«El objetivo es ir poniendo en valor los contenidos del museo con estos librillos que tienen la voluntad de popularizar, de dar a conocer la gran variedad y riqueza de la cultura leonesa», expresa Javier Emperador, para quien esta iniciativa no tiene un cariz «hipercientífico» sino una presensión «claramente didáctica».

Con continuidad. Sabedores de que «una imagen vale más que mil palabras», Emperador y Ortiz del Cueto, que presentaron este cuadernillo en la pasada Feria del Libro de León, fotografiaron trajes procedentes tanto del museo como de la colección particular del primero, pero también emplearon modelos humanos -"algunos, trabajadores del propio museo-" para componer las figuras principales.

«El trabajo fue arduo, íbamos elaborando los textos, tomando las imágenes y diseñando las fichas en los ratos que podíamos -"recuerda Emperador-", todo el personal se involucró y a veces nos dieron las tantas de la noche, pero en un mes lo teníamos preparado». Y así, los amantes de la indumentaria y de la cultura leonesa en general ya tienen un instrumento útil para conocer este elemento de la tradición pero también para confeccionar, quizás con más conocimiento, los trajes «del país» de grupos de cultura tradicional y similares.

Los interesados en conseguirlo pueden dirigirse al museo, aunque éste lo remitirá a colegios, asociaciones y centros culturales.

Ahora, el centro ya planea editar una carpeta similar para que todo el mundo puedan conocer las formas, detalles y materiales de las casas típicas leonesas.