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León

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El invento del maligno juan varela

La auténtica protagonista de los premios de la Academia de la Televisión no ha sido la televisión ni la Academia, sino María Teresa Campos, hiperpresentadora de la gala. Una gala, por cierto, que este año se ha celebrado como de tapadillo, porque no hay quien la emita. Si hay que resumir los premios en un titular, sería este: «Gana TVE, pierden los demás». Porque TVE, en efecto, se ha llevado casi todos los premios. Creo que es indiscutible que el mejor programa de entretenimiento ha sido L a hora de José Mota , de TVE, pero la vehemencia con la que el jurado ha concentrado sus premios en la Pública resulta un tanto excesiva. ¿Mejor presentador de informativos? Pepa Bueno, de TVE. ¿Mejor programa infantil? Los lunnies de TVE. ¿Mejor programa documental? Españoles en el mundo , de TVE. ¿Mejor canal temático? El Canal 24 Horas de TVE.

Lo mismo ocurre en el apartado de los premios a las series de ficción. Águila roja se llevó un montón de premios técnicos que no son injustos, pero es que además le dieron el premio genérico al mejor programa de ficción, y esto sí me parece un poco abusivo. También otros productos de ficción de TVE fueron agraciados con laureles. Por ejemplo, el telefilme 23 F- El día más difícil del Rey obtuvo el premio a la mejor película para televisión y también el de mejor actor de serie, que fue para Lluis Homar. Hubo recompensa para la longevidad de Cuéntame , que fue galardonada en los capítulos de Dirección y de Música. Y hubo tan sólo un premio de consolación para La Señora , que se llevó el de la mejor realización.

¿Y para las privadas? Menos que migajas. Hubo un premio como mejor actriz de serie para Blanca Portillo por Acusados , en Telecinco. Hubo otro para el Callejeros de Cuatro como mejor programa informativo. Y después, un par de premios para Andreu Buenafuente: como presentador de programas de entretenimiento y como mejor guión. Nada más. Ahora bien, insisto: lo llamativo de estos premios es que no han sido del todo injustos. Y la pregunta es obvia: ¿Por qué es tan difícil premiar a canales que no sean TVE?