Diario de León

Voluntarios de Promonumenta hallan «pepitas de oro» bateando el río Cabrera

Un tramo de los canales romanos se encuentra bloqueado por gigantescas rocas tras un desprendimiento

Miembros de Promonumenta batearon este fin de semana el río Cabrera y extrajeron algunas pepitas.

Miembros de Promonumenta batearon este fin de semana el río Cabrera y extrajeron algunas pepitas.

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Hay oro en La Cabrera. Voluntarios de Promonumenta han extraído algunas pepitas este fin de semana, bateando el río Cabrera, tal y como hacían los romanos. El «botín» es simbólico, apenas unos miligramos. «Pero hay oro», insiste José Vicente Casado, experto en Paleontología, que acompañó a la treintena de miembros de Promonumenta en la limpieza de los canales romanos. «Prácticamente en cada batea sacábamos alguna pepita y hasta una de un tamaño nada despreciable». Casado lamenta el abandono en que se encuentran estos abruptos parajes, que encierran aún muchos secretos sobre una de las mayores obras hidráulicas del Imperio Romano. De hecho, en cada hacendera de Promonumenta se producen nuevos hallazgos, desde tramos inéditos de canales a túneles. «Mientras en Navelgas (Asturias) hay un Museo del Oro y se celebra el campeonato mundial de batea, que llega a reunir a más de 4.000 personas en un fin de semana, los ríos auríferos de León casi ni se conocen», se queja Casado. En tres días una treintena de miembros de Promonumenta han limpiado de maleza casi cinco kilómetros del Canal 1, según cálculos de Marcelino Fernández, presidente de esta asociación en defensa del Patrimonio. Es el mismo tramo que desbrozan de maleza desde hace dieciocho años, sin ayuda de ninguna institución. Como cada verano, encontraron cegado parte de este canal, que une Llamas de Cabrera con el valle Airoso, el mejor conservado y prácticamente el único visitable de este complejo entramado minero. Los voluntarios tuvieron que emplearse a fondo para despejar un enorme roble que atravesaba esta conducción romana, pero con lo que no pudieron fue con algunas gigantescas rocas, probablemente desprendidas por un corrimiento de tierras como consecuencia de las lluvias torrenciales del invierno.

Marcelino Fernández considera paradójico que cada año tenga que pedir los oportunos permisos a la Junta para limpiar unos canales romanos de los que no se ocupa nadie. Resulta ilógico pedir autorización cuando esta obra hidráulica no tiene ni siquiera la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC). Oficialmente, es «simplemente un monte».

Hace veinte siglos los romanos movieron más de dos millones de metros cúbicos de tierra para extraer unas cinco toneladas de oro de la mina que perforaron en las laderas del valle Airoso, la explotación romana subterránea más importante del noroeste español, descubierta hace ocho años por casualidad por el ingeniero leonés Roberto Matías.

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