Diario de León

el invento del maligno

Fuera de juego

Publicado por
javier martín domínguez
León

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El invento del maligno

Difícilmente podía haberse creado una mascota mejor para el Mundial que el dichoso pulpo Paul, que con un estilo de pequeño formato internetiano se ha colocado en las casas de medio mundo. Y nos ha dado suerte a quienes más nos gusta. Así es el deporte rey, tentacular. Lo alcanza todo, llega a todas partes y domina todos los ámbitos. Fuera del terrero de juego, han sucedido tantas cosas aparejadas al evento como dentro. Las cámaras del Mundial han estado impecables. Hemos visto muy de cerca los penaltis no pitados, y las caras de alegría o decepción tras las jugadas. Además, ha tenido hasta su propia banda sonora original a ritmo atronador de vuvuzelas. El fútbol como paradigma de nuestras vidas ha obrado el milagro de hacer botar de alegría a una sociedad como la española hundida en el abismo de la crisis. Lástima que las teles la hayan retratado de una forma tan unidireccional. La mayoría de las historias se quedaron en un sinfín de imágenes de gente joven desmadrada y hasta mal hablada paseándose sudorosas por los telediarios. Se han echado de menos historias con más fondo, coberturas informativas no sé si con más imaginación, pero sí con más profundidad sociológica. Para los anales, quedará el desnudo de Puyol ante la Reina, porque tras la victoria para llegar a la final ya no había que taparse ninguna vergüenza. El simbolismo era perfecto. Raza y figura, a pecho descubierto. También vimos la torpeza habitual de que los políticos se adueñasen del tiempo informativo para hacerse la foto del éxito. Mención especial merece la campaña de marketing, coronada en este evento, para hacer de la selección un símbolo de unión a través del mecanismo semántico de La Roja. Pocos aciertos del mundo del marketing político-deportivo tan destacados. En un país que sigue debatiéndose su unidad de destino en lo universal a cada minuto, el fútbol ha vuelto a servirle para dejar de marear tanto la perdiz nacionalista que parece cada uno llevamos suelta en la pechera. El fútbol muy bien; el país como siempre, al borde del fuera de juego.

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