«León sólo ha descubierto una mínima parte de las villas romanas»

León es uno de los lugares que más tesoros arqueológicos de esta especie esconde. Según destaca el arqueólogo Fernando Regueras en la obra V illas romanas leonesas: una ordenación , serían no menos de 21 las villas catalogadas como tal en la provincia.

Sin embargo, tan sólo ha salido a la luz una reducidísima parte de estas construcciones, cuyo objetivo primordial era la ocupación del territorio. Por eso, las había muy modestas -”simples casetas-”, granjas o grandes mansiones señoriales. Éstas últimas se dividían en pars urbana, la residencia del señor, y pars rustica, el lugar en el que se guardaban los aperos de labranza, los lagares, graneros, almacenes de vino y aceite y, por supuesto, las dependencias en las que residían los trabajadores que explotaban la propiedad.

En lo que hoy es área metropolitana sólo se ha descubierto una, la de Navatejera. Sin embargo, Morillo destaca que se sabe que hay más. Más complicado resulta dilucidar dónde se encuentran. Y es que el territorio de León, al ser un campamento militar pertenecía a la legión y se desconoce cómo se estructuraba.

Más sencillo resulta saber dónde podrían estar en el resto de la provincia. La mayoría de ellas tendría que estar en las zonas más benignas, tanto desde el punto de vista de la tierra como desde la perspectiva del clima. Una zona en la que fuera posible obtener dos cosechas al año resultaba especialmente propicia para la construcción de una villa. De ahí que la mayoría de ellas se hayan encontrado siempre en las riberas de los ríos. «Las vegas de los grandes ríos debían albergar varias villas», explica Morillo.

Por poner un ejemplo, y según se destaca en el artículo Historia medieval del Páramo leonés , las tierras altas del Páramo registran tan sólo un asentamiento de época romana en Audanzas del Valle, unos kilómetros al sur de Laguna de Negrillos, cuyos escasos restos no permiten una atribución socioeconómica clara, aunque parece indicar una orientación agraria .

Olvidadas y vejadas. De las 21 villas que se han descubierto en la provincia, tan sólo la de Navatejera -” que se ha salvado como un anexo del Museo de León-” ha tenido la suerte de ser rescatada. El resto, como la de los Villares, en Quintana del Marco, la del Soldán o la de San Juan de la Sobarriba han sufrido el pillaje, el abandono y la destrucción. El Soldán compone uno de los conjuntos más extraordinarios de la península por cuanto que pertenece a un periodo -”siglo I-” del que se conocen pocos ejemplos en la península. Lo mismo ocurre con Los Villares. En este caso, la decadencia es absoluta. Y eso que a esta villa corresponde el mosaico de Hilas y las Ninfas, uno de los protagonistas del Museo de León. Sin embargo, y debido al desinterés institucional, esta mansion romana ha sido expoliada y destruida casi en su totalidad al amparo de la concentración parcelaria. La máquinas destrozaron hace diez años muros milenarios, vasijas y mosaicos, y los «piteros» se llevaron a sus casas cientos de tesoros arqueológicos. Cabe destacar que en la década pasada se vendieron a una sala de subastas al menos tres bustos y otras esculturas de mármol y bronce. Tan sólo una de estas figuras permanece en el pueblo de Quintana del Marco, en lo alto de la torre de la iglesia. Y, sin embargo, el yacimiento había sido declarado Bien de Interés Cultural apenas un año antes de que las máquinas acabaran con él.

A destacar también la villa de Las Lebaniegas, en Campo de Villavidel, que sufrió en el año 1970 el ataque de los furtivos que robaron y destrozaron los mosaicos.