La Olmeda y Almenara-Puras, ejemplos a seguir

Por un lado está Lancia (o mejor dicho lo que hasta ahora se conocía como Lancia, es decir, el cerro del Castro), de cuyas 30 hectáreas sólo se ha excavado una tercera parte; la villa romana de Navatejera, escasamente publicitada; o, un caso más lamentable todavía, la de Quintana del Marco, de espléndidos mosaicos, declarada Bien de Interés Cultural pero que ahora mismo se encuentra bajo terrenos agrícolas y completamente expoliada. Todo ello en León. Por otro lado hay maravillas como La Olmeda (Palencia) o Almenara-Puras (Valladolid), donde los restos romanos están bien protegidos y explicados, son visitables y atraen a miles de personas cada año.

Es de reseñar el caso de La Olmeda, donde fueron necesarios siete millones de euros, sufragados por la Diputación de Palencia y la Fundación del Patrimonio Histórico, para que esta villa romana fuera objeto de una intervención modélica y espectacular que dio sus frutos nada más ser inaugurada: durante sus primeros cuatro meses recibió 60.000 visitantes.