Halffter: «La diferencia entre cultura y espectáculo es la vulgaridad»

L a Casa de la Cultura de Villafranca acogió en la tarde de ayer la presentación de la XXVI edición del curso de composición que ha concitado en torno a la obra y a la figura de su director Cristóbal Halffter a 25 alumnos procedentes de diferentes países y puntos de España. Durante cuatro días los seminarios, las charlas, las audiciones y el análisis de partituras a cargo de los tres prestigiosos compositores que en esta ocasión han sido invitados para impartir las clases magistrales, José María Sánchez Verdú, Tomás Marco y el propio Cristóbal Halffter, harán un detenido estudio de la faceta creadora del autor de Don Quijote .

Halffter, acompañado por el concejal de Cultura de Villafranca, destacó una vez más la necesidad de este tipo de cursos «en donde, dijo, se estudia y da a conocer la obra de los jóvenes compositores, a la vez que pueden intercambiar ideas con otros colegas y, sobre todo escuchar su obra y analizarla en profundidad con los docentes del curso. La música en España ha dado un salto cuantitativo y cualitativo muy importante pero lo más triste es que, a pesar de que hay más orquestas, más público, más auditorios, seguimos estancados desde hace muchos años en obtener una mayor relación entre lo que escriben los compositores y el público en general.

Medios y vulgaridad. La lucidez expositiva de Halffter de la que siempre ha hecho gala quedó patente a lo largo de más de una hora que duró la presentación en la que el compositor madrileño afincado en Villafranca, hizo especial énfasis en el apartado de las publicaciones sobre música y en concreto sobre el último libro del norteamericano Alex Ross recientemente aparecido en España, El ruido eterno la historia del siglo XX a través de su música, desde la Viena de antes de la Primera Guerra Mundial hasta el París de los años 20; desde la Alemania de Hitler o la Unión Soviética de Stalin al Nueva York de los años 60. Halffter fue certera y extremadamente crítico con un autor que, según él, «desconoce los valores más elementales de la cultura musical confundiendo términos y lanzando sandeces de escaso rigor tanto histórico como didáctico». Para Halffter Ross es el ejemplo más flagrante de lo que actualmente se conoce como cultura, confundiendo el espectáculo vulgar con cultura para el consumismo. Fue muy crítico el compositor madrileño con lo que se entiende por música culta e hizo una dura llamada de atención a los medios a los que dijo «que, salvo honrosas excepciones, prestan escasa o nula atención hacia la música culta. Estos medios, añadió, están más interesados en apoyar la cultura de lo que yo llamo la «vulgaridad barbarizada», antes que difundir la cultura de calidad a la que se dedica muy poco espacio. Cada vez más considero imprescindible reestructurar la forma en que la sociedad española tiene acceso a la alta cultura en la que no deben intervenir factores económicos, políticos ni de condición social». Concluyó el compositor.

Una de las aficiones que el maestro Halffter ha cultivado a lo largo de su larga y fructífera existencia ha sido el juego del ajedrez, una disciplina que siempre le ha fascinado y a la que ha rendido un impagable homenaje con su última ópera Di Schachnovelle , basada en la novela homónima del escritor austriaco Stefan Zweig, sobre un libreto de Wolfgang Handel para gran orquesta, solista, coro y ballet.