Desnudos

Es sabido que una cadena de televisión rusa, para ganar audiencia, decidió emplear un burdo procedimiento: que la chica que daba la información meteorológica se desnudara según iba explicando las isobaras. Evidentemente, el recurso exigía que la presentadora supiera más de artes eróticas que de ciencias meteorológicas, pero eso importa poco cuando se hace espectáculo. A lo mejor no tiene nada que ver, pero el asunto me vino a la cabeza la otra noche al ver el accidente de Tania Llasera en el Resistiré, ¿vale? de Telecinco, en horario de medianoche. Todo muy casual: los colaboradores de Tania (Yola Berrocal y Kiko Hernández, esos grandes periodistas) se pintaron el cuerpo, Tania fue a hacer como que también quería, se intentó quitar el micrófono, de repente -todo casualidad, ya digo- se le cayó el vestido y ahí apareció la mismidad de Tania en su expresión menos artificial, por emplear términos morigerados.

Luego la Llasera, tratando de taparse las vergüenzas, se marchó corriendo y seguramente alguien, detrás de las bambalinas, hacía cuentas con los dedos para calcular los puntos de share ganados con el accidente. «Qué curioso que estas cosas siempre pasen en Telecinco», me decía ayer un espectador. La cosa es que, viendo lo que vi, me acordé instantáneamente del asunto ese de las chicas del tiempo. Porque, además, el modelo ruso tuvo mucho éxito. Ahora mismo tenemos o hemos tenido multitud de imitaciones (más recatadas) en el resto del mundo: los escotes de Ariane Brodier en Francia, los de Ana Cristina Ramírez en Canal Sur, las piernas de Gabriela Grechi en Italia, Mayte Carranco en México, Gaal Noemí en Hungría, etc.

La figura de la Maciza Meteoróloga ya forma parte del repertorio de la televisión. De manera que, así las cosas, ¿por qué Telecinco no prueba a poner a Tania en El Tiempo? La cadena ganaría en el terreno que le interesa y ella, por su parte, abordaría una nueva aventura profesional

Aunque ahora que pienso (no siempre pasa), igual alguien lee esto en Telecinco y pone a explicar isobaras a Yola Berrocal. Mejor no demos ideas.