«¡Letizia, date la vuelta!»

Llegaron puntuales, a las 12.10 horas. El dispositivo de seguridad estaba montado desde la diez de la mañana. Había agentes por todas partes. La comitiva de seis coches paró frente a Botines, donde casi dos mil personas esperaban desde antes de las once de la mañana. Fue poner doña Letizia un pie en suelo de León -” con tacón alto, pero no tanto como al que tiene acostumbrado a sus seguidores-” y visualizar los casi dos metros de don Felipe tras descender del Mercedes azul marino, y un estruendo de aplausos mezclados con gritos de ¡guapa!, ¡guapo!, cubrió la plaza de Botines. Él, con traje gris a raya con corbata naranja. Ella, con un vestido de gasa gris con flores lilas, muy ligero, por encima de la rodilla, concinturón gris y una chaqueta de lana con coderas, la última moda para este invierno. Saludaron e intercambiaron unas palabras con las autoridades, que esperaban en la puerta: el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, el alcalde de León, Francisco Fernández, la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, el delegado del Gobierno, Miguel Alejo, la consejera del Cultura, María José Salgueiro, el consejero de Fomento, Antonio Silván, el presidente de Caja España, Santos Llamas y la presidenta de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Soledad López, entre otros.

Pero la insistencia del público arreciaba-”: «¡Letizia, date la vuelta!», «Letizia, Letizia!», «¡guapo!»-” que no lo dudaron. Cada uno por su lado, los príncipes se acercaron a saludar a los leoneses que se agolpaban detrás de las vallas de separación. En este primer encuentro con el pueblo de León ella se entretuvo más. Los leoneses no escatimaron en halagos. Tres jóvenes le hicieron notar a la princesa que estudiaban derecho y ella les animó a aprobar todas las asignaturas. El presidente Herrera la acompañó en el trayecto. Mientras tanto, el príncipe, con el alcalde, entre otras autoridades, acabó sus saludos en menos tiempo y tuvo que esperar unos minutos, «yo me fui para allí», le dijo con una sonrisa a Letizia al encontrarse con ella en el centro de la plaza.

Una vez dentro de Botines, y tras visitar la exposición, príncipes e invitados degustaron un cóctel preparado por Cocinandos. Chorizo de Geras, cecina de Astorga, cuajada de bacalao con hojaldre de gominola de Fresno, esfera de higos rellenos de foie, hamburguesas de lechazo de León y esfera de Valdeón con remolacha. Y para regar todo el menú, tinto Viña Pedrosa, Ribera, blanco del Bierzo y cerveza Aora de León. La Princesa alabó la carta, pero pidió que se lo guardaran para comerlo más tarde. Y así fue. Personal de protocolo salió del edificio de Botines minutos después con una caja que introdujeron en uno de los coches oficiales de la comitiva real.

Mientras los Príncipes visitaban la exposición, una multitud de personas aguardaban en la calle para ver la salida, prevista para la 13.30 horas. La expectación y el tiempo de espera -”algo más de hora y media-” provocaron el desmayo de una señora, que fue atendida por uno de los responsables del dispositivo de seguridad. «Ha sido una lipotimia sin importancia», comentó.

Los aplausos irrumpieron de nuevo en la plaza. Los Príncipes salían. Más piropos. La comitiva esperaba. Los coches con las puertas abiertas. Despedida de las autoridades, pero de nuevo, ante la insistencia del público, otra rueda de saludos a los leoneses congregados. Un grupo de personas le recordaron al príncipe el conflicto por el que están luchando ahora los mineros y le mostraron su confianza en que, tras la carta entregada a la Reina, se tomará interés por las familias que ahora ven peligrar el futuro de una comarca. En esta ocasión fue don Felipe el que se entretuvo más con los leoneses, escuchó sus comentarios e intercambió algunas frases con ellos. Doña Letizia esperó unos minutos y aprovechó para hacerse una foto con un grupo de seguidoras. «¡No se olviden de los mineros!», volvieron a recordarles algunos leoneses congregados en el último saludo de despedida.

La comitiva partió al aeropuerto y puso punto y final a la segunda visita oficial de los príncipes en menos de tres meses.