Diario de León

«Después de 36 años en el mundo del arte llegó el momento de dejarlo»

Mari Pepa Rodríguez cierra Arte Lancia, una de las galerías emblemáticas de León

Mari Pepa Rodríguez Junquera en su despacho.

Mari Pepa Rodríguez Junquera en su despacho.

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marcelino cuevas | león
León

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León pierde una de sus referencias artísticas. Después de más de treinta años de labor ininterrumpida, la galería Arte Lancia, la de Mari Pepa, cierra sus puertas definitivamente. Su labor ha sido importante para los artistas leoneses, Vela Zanetti, Ramón Villa, Juan Carlos Uriarte, Rafa Anel, José Carralero, Félix de Agüero, Carlos Viuda-¦ Y también para grandes figuras nacionales como Viola, Daniel Merino, Lapayese del Río, Vega Osorio, Juan Díaz-¦ y una serie interminable de pintores y escultores que tuvieron felices exposiciones en ella.

Mari Pepa Rodríguez Junquera mira el futuro con la alegría que proporciona la liberación del trabajo, pero cuando echa la mirada atrás sé llena de nostalgia. «Creo -dice- que en la vida hay que tener un momento para cada cosa. Yo he llegado a una situación vital que me hace pensar que ya he hecho un recorrido de treinta y seis años por el mundo del arte y que llegó mi momento de dejarlo. No hay otro motivo para abandonar mi actividad de galerista».

Para alguien que ha vivido con intensidad su trabajo durante tanto tiempo, este es un momento muy especial. «Sí -asegura- es el tiempo para la nostalgia porque prácticamente he vivido siempre rodeada de cuadros, mis vivencias siempre han estado ligadas a una galería de arte, todo son recuerdos. A mí el trabajo me aportó muchos momentos de felicidad, me dio la posibilidad de conocer a personajes muy importantes que aportaron mucho a mi vida. El balance de mi paso por el arte es muy positivo y creo que ha sido una gran suerte haber tenido esta extraordinaria experiencia». La mayoría de los artistas de su galería han tenido con Mari Pepa una relación de intensa amistad. «En estos momentos en los que voy dando un repaso a toda mi vida y a la gente que he conocido, encuentro a muchos que han dejado gratísimos recuerdos. No puedo olvidar la figura de Vela Zanetti, porque siempre me apoyó incondicionalmente. Pero también tienen un sitio especial en mi memoria Serny, Hipólito Hidalgo de Cavieres, Carlos Tauler, Ceferino Olivé, Viola-¦ y un sinfín de ellos. Y por supuesto también los de ahora, todos pintores jóvenes que están rodeándome día a día, gente estupenda. Durante los últimos años he tenido a mí lado a Karlos Viuda, un pintor leonés con mucho futuro».

La trastienda. Mari Pepa conoce el trasfondo del mundo artístico leonés, pero eso puede hablar con propiedad sobre su estado actual. «Creo que el movimiento pictórico está muy bien. Lo que sí noto es el patente abandono por parte del público. Antes, la inauguración de una exposición, de cualquier exposición, era un acto cultural y social de importancia, mientras que en estos días pasa casi desapercibido. Las exposiciones tienen muy pocas visitas y eso, naturalmente, es un inconveniente importante en el trabajo de una galería comercial que tiene que vender. La gente se ha olvidado de visitarnos, pero no solo a las salas comerciales, sino también a las de las instituciones. Hay una pereza tremenda e inexplicable». Para alguien que ama tanto su profesión es difícil que haya un adiós definitivo. «Yo pienso dedicarme a mi familia, a mis hijos y nietos. Pero también querría hacer algo muy de moda. Puede que intente seguir una línea nueva a través de Internet, donde pueda mover cuadros, pueda mover pintura e, incluso, pueda hacer exposiciones virtuales. Hay muchos pintores con los que me gustaría poder seguir trabajando, y tengo clientes-amigos que espero que cuenten conmigo si necesitan alguna cosa. Tengo que reconocer que mi profesión es lo que más me gusta y continuar de una manera que no exija mi presencia física, puede ser una solución para matar el gusanillo».

Para Arte Lancia han sido cinco lustros mostrando a los leoneses el arte a través del filtro personal de Mari Pepa Rodríguez Junquera, una asturiana que se siente muy leonesa y que recuerda como entonces, en sus comienzos, puso nombre a su sala de exposiciones gracias a una conversación con Vela Zanetti, uno de los artistas que se convirtió en auténtico amigo. «Yo dudaba, y Vela me dijo que el mismo nombre de la calle donde se ubicaba la galería sería perfecto, pues recordaba los ancestros leoneses y también a los astures de la vieja ciudad situada entre los ríos Porma y Esla. Y como yo me siento tan leonesa como asturiana, decidí que era el nombre perfecto».

A lo largo del tiempo la galería ha tenido un periplo itinerante, desde la calle Lancia se fue a la de Alcázar de Toledo y, finalmente, se ha estado situada en la de Gil y Carrasco. De aquí a universalizarse en la Red hay solamente un paso.

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