El paisaje menos conocido de América brota en Cerezales
El Musac extiende «Modelos para armar» a la Fundación Antonino
Un visitante observa una de las imágenes que compone la exposición.
Elementos discordantes ubicados en los más genuinos paisajes de Latinoamérica, como una cancha de baloncesto o un cartel publicitario en el chileno desierto de Atacama, son mostrados en una exposición inaugurada ayer en la localidad leonesa de Cerezales del Condado.
Compuesta a partir de fotografías y dibujos procedentes del fondo del Musac e ideada como apéndice de la muestra Modelos para armar. Pensar latinoamérica , la muestra ofrece la visión de los paisajes más característicos de esta zona del planeta de una serie de autores que, como los famosos viajeros del siglo XIX, acudieron a estos puntos para retratar la realidad actual.
Expuesta en el rehabilitado edificio de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, Paisaje Múltiple. Latinoamérica en la Colección Musac incluye fotografías de autores como el alemán Andreas Gursky (1955), quien realizó una instantánea de gran formato de un basurero de México D.F.
Esta imagen, en la que los desechos se extienden hasta el horizonte y en la que se pueden observar personas buscando objetos útiles entre la morralla, constituye un ejemplo del «sobreconsumo» y de la «podredumbre» que conlleva, ha definido, el director del Musac, Agustín Pérez.
Otra de las obras, Santa , composición del colombiano Miguel Ángel Rojas (1946), presenta el momento en el que la policía de este país lanza veneno desde avionetas a los campos de coca sembrados por los «pobres» agricultores de la zona, ha precisado. A simple vista, la imagen engaña, pues podría dar la impresión de ser un paisaje característico de los Andes colombianos sobre el que se extiende una bruma o una pequeña llovizna que, en realidad, son sustancias tóxicas lanzadas desde lo alto para envenenar los cultivos y evitar que la coca sea exportada a Estados Unidos o Europa.
La obra incluye la frase Caiga de lo alto bienhechor rocío como riego santo , extraída de un verso de la Novena católica de la Navidad, popular en Colombia, y que está escrita a partir del símbolo del veneno, es decir, la calavera. En la otra sala de la exposición se encuentran una serie de fotografías realizadas por el español Sergio Belinchón (Valencia, 1971) en el chileno desierto del Atacama, el más árido del mundo. En ellas, se ven elementos poco habituales en un paisaje desértico, como una cancha de baloncesto, un cartel publicitario -”en blanco-” o un cementerio, construido al abrigo de una pequeña montaña y repleto de cruces negras de metal.