Diario de León

Retrato sentimental de León

La Biblioteca Pública presenta hoy un libro con 201 fotos anteriores a 1960 cedidas por ciudadanos anónimos

Plaza de Santo Domingo en 1960. Aún estaba el convento de las Agustinas Recoletas.

Plaza de Santo Domingo en 1960. Aún estaba el convento de las Agustinas Recoletas.

León

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Cerdos olisqueando el empedrado de la calle, niños y mujeres haciendo cola para llenar cántaros en la fuente de una ciudad que hasta 1924 no tuvo agua corriente, un lujoso carruaje fúnebre tirado por corceles negros atravesando Santo Domingo camino de Puente Castro-¦ Es León aunque ya no se le parece. La Biblioteca Pública ha reunido 201 fotografías (las más antiguas de 1905) en el libro Aquel León. Imágenes de una provincia que en un siglo, parafraseando a Alfonso Guerra, «no la conoce ni la madre que la parió».

Las instantáneas proceden de álbumes y colecciones inéditas que ahora abandonan el anonimato familiar y permiten descubrir una provincia y a unas gentes que sólo los más veteranos recuerdan vagamente.

Hace tres años la Biblioteca que dirige Alfredo Díez Escobar tuvo la idea de pedir a los ciudadanos fotos antiguas. Aconsejó a los leoneses que rebuscaran en los portarretratos de su casa y en colecciones olvidadas. La única condición era que las instantáneas fueran anteriores a 1960. El objetivo era digitalizarlas y crear una base accesible a todo el mundo. El proyecto, titulado Conocer aquel León, pretendía rescatar rincones, edificios y gentes que sólo existen ya en papel fotográfico, un soporte frágil que acabará perdiéndose con el paso de los años.

En aquella «colecta» popular se recopilaron más de 700 imágenes, con las que se organizó una exposición. El libro, que se presenta al público esta tarde, a las 20.00 horas en la biblioteca de la calle Santa Nonia, recoge una pequeña selección, en la que ha prevalecido el criterio de documento social. «Todo el trabajo, que culmina con la edición de este libro, y que ha servido para incrementar la colección fotográfica de la Biblioteca Pública de León, tuvo su germen en las donaciones realizadas unos años antes por Concha Casado Lobato y Marina Riesco Grijuela», explica el prólogo. El libro lo coordinó Díez Escobar y los textos son de Pío Cimadevilla Sánchez, que hoy presentarán el libro junto a Marina Riesco y Severino González Díez.

Cada instantánea figura acompañada por un pequeño texto explicativo, así como el autor de la fotografía. La mayoría de los fotógrafos son desconocidos, aunque también se incluyen imágenes de profesionales como Germán Gracia, Loty, la Gafa de Oro y César Andrés.

En la introducción de cada capítulo hay un breve texto del Diccionario geográfico, de Madoz, que sirve para situar al lector: «León tiene 1.328 casas inclusas las de los arrabales, distribuidas en 72 calles, algunas callejuelas, 4 plazas principales y varias plazuelas; su empedrado es de canto o morrillo con aceras algo estrechas y destruidas...».

El libro se ha ordenado de manera temática en cuatro grandes epígrafes: paisaje urbano, paisaje humano, paisaje cotidiano y paisaje rural, con el fin de establecer cierto hilo argumental en un conjunto de imágenes de procedencia y época diversa.

Las plazas del Grano, Santo Domingo, el Espolón, la glorieta de Guzmán-¦ que parecen indiferentes al paso del tiempo, no son, ni por asomo, como hace algunas décadas. Monumentos como San Isidoro y la Catedral permiten identificar rincones que, de otro modo, nada tienen que ver con la actual fisonomía de una ciudad que con la modernidad, sin embargo, sacrificó edificios que eran auténticas joyas. En este sentido, el libro tiene además un valor antropológico. En las páginas de Aquel León se descubren decenas de inmuebles que, uno a uno, fueron pereciendo, desde el Teatro Principal al Instituto Politécnico (solar que hoy ocupa el Instituto Juan del Enzina) y aquellos chalés propiedad de leoneses ilustres que poblaban Ordoño II, amén de los últimos representantes de la arquitectura tradicional leonesa, como las casas con soportales de la plaza de Santa Ana... También las imágenes dan fe de los traslados que han sufrido algunas fuentes, como la de Neptuno, actualmente en el jardín de San Francisco, que se instaló en el siglo XVIII frente a la Catedral y en 1913 se desmontó para colocarla en la Plaza Mayor. En 1943 la fuente se vuelve a desmontar y se traslada a los almacenes municipales, de los que sale en 1949 para ser llevada a su destino definitivo, en San Francisco.

Con la recopilación de fotografías antiguas se perseguía recuperar «una parte única de la historia de León y de sus gentes». Un archivo creado por y para los ciudadanos. La Biblioteca Pública de León considera que como institución cultural tiene la obligación de velar por la conservación de este patrimonio para futuras generaciones.

Son imágenes inéditas, que en la mayoría de los casos no han trascendido del ámbito familiar, pero que, el paso del tiempo ha convertido en un material valioso desde el punto de vista histórico y, también, sentimental. Fotos que dejan entrever cómo eran y cómo vivían otras generaciones. El retrato de una ciudad y de sus habitantes que podrá recomponerse a través de un álbum hecho por los leoneses. Los propietarios de las imágenes únicamente las prestaron para su digitalización. La publicación que hoy ve la luz no es el broche final a la recogida de fotografías, sino un punto y seguido. Con ella se pretende hacer un nuevo llamamiento a los ciudadanos de León para que aporten fotos de temática leonesa realizadas antes de los años sesenta.

Aquellos cacharros. El libro Aquel León permite seguir la historia cotidiana y la evolución de la ciudad, los pueblos y sus gentes. Entre las instantáneas más curiosas hay que destacar los primeros automóviles y cómo eran los coches de línea que cubrían la ruta entre la capital y las principales localidades de la provincia. Unas diligencias abarrotadas, en las que el pasaje viajaba, incluso, en el techo. Cacharros infernales por carreteras que convertían cualquier trayecto en una auténtica aventura.

También hay imágenes de los primeros equipos de fútbol, de las primeras brigadas de bomberos, niños de comunión, concejos en la montaña, tertulias de bar, los empleados de farmacias, de comercios de telas, de imprentas... «Es en lo general gente dócil, pacífica y sufrida, porque su mayoría es pobre; su vestido, tanto en uno como en otro sexo, bastante humilde, de paños y estameñas burdas del país y que muchos fabrican en sus mismos pueblos y casas, como los lienzos de que se visten interiormente...», escribe Madoz de León.

Lugar: Biblioteca Pública de León. Calle Santa Nonia, 5.

Hora: 20.00.

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