Diario de León

Reportaje | daniel g. rojo

El cine jacobeo no gusta en taquilla

El éxito nunca ha acompañado a las películas sobre el Camino de Santiago

Fotograma de la película «The Way», que se estrena el viernes.

Fotograma de la película «The Way», que se estrena el viernes.

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Los próximos estrenos de The Way ( Emilio Estévez, 2010), una coproducción hispano-estadounidense protagonizada por Martin Sheen, rodada en varias localidades leonesas, que llegará a las pantallas el próximo viernes, y la española O apóstolo ( Fernando Cortizo, 2010), la primera producción europea de animación stop-motion en 3D, se juegan el poder cambiar la eterna mala racha del cine de ficción jacobeo, un subgénero que, salvo honrosas excepciones, nunca ha contado con la complicidad del público. «Una de las constantes del cine jacobeo es que no funciona bien en taquilla. En la relación de 20 películas de ficción que cito en mi libro no hay un taquillazo», recuerda el periodista y escritor cinematográfico pamplonés Ramón Herrera Torres, autor de Cine jacobeo (Editorial Mensajero, 2008), la única monografía disponible en España sobre el tema.

El continuado fracaso comercial de este tipo de cintas contrasta paradójicamente con las múltiples posibilidades que ofrece, desde el punto de vista argumental, el Camino de Santiago: batallas en la reconquista contra los moros, intrigas medievales, peripecias de corte picaresco, cine histórico puro y duro, religioso y milagrero...

«El tema jacobeo tiene ingredientes para ser muy cinematográfico... Me viene a la cabeza como modelo El nombre de la rosa o películas de ese corte, tratadas como una superproducción», apunta el crítico, quien todavía alberga la esperanza de «un resurgimiento del cine de ficción jacobeo», de la mano de «algún productor norteamericano» que esté dispuesto a levantar «una superproducción dirigida por James Cameron, Steven Spielberg o por otro de segunda o tercera fila, con un argumento medieval de Toti Martínez de Lezea, que en estos momentos está muy en boga». Pero esas conjeturas pertenecen únicamente al territorio de lo futurible... De regreso a la tangible realidad, cabe establecer otra constante más del cine jacobeo: su pertenencia, prácticamente en exclusiva, a las cinematografías española y francesa, las de los países que más relación tienen con el itinerario a Compostela.

El cine jacobeo español nació en pleno franquismo, gracias al auge del género religioso y de reafirmación de valores del nacionalcatolicismo, tipo La mies es mucha (José Luis Sáenz de Heredia, 1948), Balarrasa (José Antonio Nieves Conde, 1951), Marcelino pan y vino (Ladislao Vajda, 1955) o Molokai, la isla maldita (Luis Lucía, 1959).

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