«El órgano se empieza a construir ya»
Con casi 30 años de retraso, el viernes se firma el acuerdo para dotar a la Catedral de un nuevo instrumento
«Hay que tirar cohetes». «Después de 27 años, podemos decir que el órgano comienza a construirse ya». El director del Festival de Órgano y principal artífice del proyecto, Samuel Rubio, expresaba ayer con estas palabras su satisfacción ante la firma este viernes del convenio para dotar a la Catedral de León de un nuevo órgano. A la firma asistirán el obispo de León, Julián López, Eduardo Prieto, Deán del Cabildo, Félix Palomero, director General del Inaem, el alcalde de León, Francisco Fernández, José Luis Fernández, director de la Fundación Siglo, la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco y Evaristo del Canto, presidente de Caja España.
Las reservas sobre esta iniciativa cultural morían el pasado 17 de septiembre, después de que el Consejo de Ministros aprobara dar salida al dinero mediante un acuerdo que autorizaba al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música a adquirir el compromiso de gasto de 315.910 euros a favor del al Cabildo de la Catedral. Esta ayuda, que se hará efectiva a lo largo de 2011, se suma a los 200.000 euros transferidos por el Inaem en mayo de este año y servirá para completar además los 515.910 euros comprometidos por el Instituto, cantidad que representa el 30% del coste total -1.719.700 euros- de los trabajos de diseño, construcción e instalación del nuevo órgano.
Samuel Rubio explica que una vez que se haya firmado el acuerdo llamará a Phillipp Klais, encargado de construir el órgano, para que inicie de manera inmediata la elaboración del instrumento. El órgano, que ocupará las cuatro balconadas situadas por encima del coro, tendrá sesenta registros y cuatro mil tubos, convirtiéndose en uno de los más importantes del continente. Samuel Rubio asegura que el tiempo mínimo de construcción de un órgano de estas características es dos años y que, como máximo, podría prolongarse uno más. «Esperemos que los plazos sean cortos», destaca, y añade que podría comenzar a instalarse en la Catedral en el año 2012, año en el que, además, finalizarán los pagos. Previsiblemente, el actual órgano se traslade a San Marcos.
Comité. Samuel Rubio subraya que Phillipp Klais se desplazará hasta León en breve con el fin de poner en marcha un estudio de la Catedral que permita adecuar el órgano a las características del templo. Y es que, como él mismo explica, la Pulchra es un reto para cualquiera «porque en ella hay más cristal que piedra». « Comienza ahora un proyecto de toma y daca», declara Rubio, que deja claro que el nuevo instrumento habrá de recrearse para adaptarse a las condiciones técnicas y estéticas de la Catedral. Para ello, se creará una comisión técnica que estará integrada por el propio Samuel Rubio, encargado de revelar las características acústicas del templo, el constructor, Phillipp Klais, Francisco Chamorro, artista, responsable de analizar las singularidades estéticas de la Pulchra con el fin de amoldar a ésta el diseño del órgano, y el compositor, pianista y organista francés Jean Guillou, también un gran conocedor de la Catedral.
Una saga con 120 años. El maestro organero Klais, procede de una saga de ilustres constructores y es responsable del que actualmente luce la basílica de el Pilar de Zaragoza. Klais realizó hace ya tiempo un estudio de la reverberación acústica del templo, para lo cual hubo que efectuar numerosas salvas de tiros en distintos puntos de la Catedral. El 27 de septiembre, el periódico The Times realizaba un reportaje sobre Klais en el que le calificaba como uno de los grandes del mundo. «El bisabuelo de Phillipp Klais comenzó a construir órganos en 1882. Su hijo continuó el negocio, y luego el hijo de éste. Era el padre de Phillipp. La familia vivía junto al taller en Bonn y aún lo hace. Y allí comenzó a jugar Phillipp, observando a los artesanos y realizando sus primeros tubos cuando aún llevaba pantalones cortos». El artículo asegura que la atención de Klais por el detalle roza la obsesión. Así, por ejemplo, cabe destacar que tan sólo utiliza madera de árboles que él mismo haya seleccionado, cortado no sólo el día exacto que él mismo elige sino a la hora exacta que ha especificado. Por qué. «Tiene que ver con la luna. Puede que te produzca risa, pero si pensamos que la luna hace que las mareas suban y bajen, puede que nos demos cuenta de que también produce el mismo efecto en la savia de los árboles», explica Phillipp Klais. El luthier precisa que la madera cortada se deja después secar durante unos diez años. «En 120 años nunca hemos construido el mismo instrumento dos veces. Cada uno es único».