Diario de León

Ahora, a por la II República

La leonesa Noemí G. Sabugal presentó en Valladolid su laureada «El asesinato de Sócrates», de la que se plantea crear una saga

La escritora leonesa Noemí G. Sabugal, en Valladolid.

La escritora leonesa Noemí G. Sabugal, en Valladolid.

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césar combarros | valladolid
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«Un gran cuajarón de sangre se extendía bajo el cuerpo de Sócrates». Con esa frase, que confirma la muerte de un pretencioso columnista de un diario de provincias, arranca El asesinato de Sócrates (Alianza Editorial, 18,50 euros), la primera novela de la leonesa Noemí G. Sabugal (Santa Lucía de Gordón, 1979), finalista del 11º Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con este trabajo, que presentó ayer en la Librería Oletvm de Valladolid en una actividad organizada por el Ateneo Cultural Jesús Pereda de CCOO.

Tras años dedicada al periodismo (especialmente de sucesos) en la capital leonesa, Sabugal ha llegado al mercado editorial con una historia de denuncia, en la que describe cómo es la vida en una ciudad mediana, de provincias, donde todos se conocen y pese a ello se dan la espalda. «Decidí desarrollar la historia en clave de novela negra porque el género encajaba como un guante en lo que quería contar», apunta. Durante aproximadamente año y medio, la autora trabajó sobre este relato en el que pretendía «dejar salir la corrupción y otros aspectos que se ocultan en la sociedad, lo que todo el mundo barre debajo de la alfombra, las partes más oscuras del ser humano».

Para ello, se valió de la novela negra, un género «muy versátil y pegado a la sociedad», y «magnífico para la denuncia porque se acerca mucho al género social, al naturalismo y al realismo». Ambientada en un León contemporáneo, que ella ha rebautizado como San Martín «porque quería que fuera una ciudad que todo el mundo pudiera evocar como suya», El asesinato de Sócrates transcurre en «una ciudad donde la gente se conoce pero además se rehuye, y hace ver esa sociedad que a veces te oprime un poco, que conoces y a la vez es muy ajena a ti. Me parecía interesante para remarcar las dificultades que tiene el personaje para relacionarse con los demás».

En su aplaudido debut literario, que le ha permitido compartir cartel en el Premio Fernando Quiñones con el madrileño de corazón berciano Raúl Guerra Garrido (ganador por Quien sueña novela ), la escritora ha buscado dar vida a personajes «muy de verdad, que tengan problemas y un perfil humano, y que no sean una mera percha en la que colgar la historia». Fruto de ese esfuerzo creó al inspector de policía Marcos Robles, que recibe el encargo de resolver el asesinato. «El protagonista es un incapaz sentimental, una persona de difícil compromiso que vive una situación personal muy complicada, y esa propia incomunicación es la que la sociedad tiene para con el individuo», apunta.

Nuevos proyectos. Según explica, la acogida que ese personaje está recibiendo entre los lectores podría convertir lo que nació como una novela única en el inicio de una saga protagonizada por Robles. Por de pronto, y tras concluir un libro infantil inédito, la leonesa se encuentra inmersa en otra historia ambientada en los últimos días de la Segunda República. «Es una novela bastante ambiciosa y compleja, que me está dando muchos dolores de cabeza», dijo.

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